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El gran 'voyeur'

Sin duda uno de los fotógrafos que más ha servido de carnaza para todas las teorías en torno al voyeurismo ha sido Helmut Newton. Indistintamente de la naturaleza del texto que desde cualquier perspectiva científica tratara el voyeurismo -sus virtudes y patologías- inmediatamente se recurriría a su ilustración con una foto suya. Se trataba del misterio de la cámara invisible de Newton. Sus imágenes fascinaron entonces y lo siguen haciendo ahora. Son toda una escuela para aficionados al voyeurismo.

"¿Quién besa a quién?, os dejo adivinar", comentaba el fotógrafo respecto de una de sus fotos en la que la modelo se abrazaba a una limousine de la más pura estética gansteril americana. Comentario que, según uno de los trabajos más serios sobre su producción, el realizado por Serge Tiseron, bien podría acompañar a casi todas sus imágenes, desde aquellas que apuestan por una ambigüedad sexual como la de las mujeres policías o conductoras de locomotoras.

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Feminismo contra pornografía

Fotógrafo que formalmente apuesta por unos retratos en los que resulta determinante la forma de posar de sus modelos -su hieratismo y la evidencia de una conducta modificada por la presencia de la cámara-, también por unos escenarios que tienen mucho que ver con lo cinematográfico. "¿Qué tipo de mujer fotografía Newton? ¿Asesinas, perseguidoras, lesbianas, damas de salón, ninfómanas, multimillonarias, las que sirven de ornamento al capitalismo? Las mujeres blancas, porque pasan unas noches blancas. ¿Por qué las fotografía? ¿Para nuestra perversa imaginación? ¿0 quizá para nuestra moral puritana que frecuenta a Sade en privado y a Calvino en público?", se preguntaba Emil Hrvatin en el prólogo de The Dance Sections, una obra con imágenes suyas y argumentos teatrales.

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