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Una gran fiesta musical abre en Madrid la tienda de libros y discos FNAC

"Mira, Nacho Cano", le dijo Rosa María Sardá a Pere Ponce. Pero el componente de Mecano no estaba a la vista. Y es que la actriz simplemente repetía un diálogo de Allegro ma non tropo, la película que rueda Fernando Colomo, una de cuyas escenas se filmó durante la fiesta de inauguración de la FNAC, la tienda de libros y discos francesa abierta ayer en plaza de Callao de Madrid. Más de 3.000 personas recorrieron las cinco plantas, mientras Ketama, Pedro Iturralde o Siniestro Total sorprendían con sus actuaciones musicales improvisados escenarios.

A las once de la noche, Colomo iba por la séptima toma de una larguísima escena de tres minutos de duración realizada con una cámara flotante. En ella, una madre le da férreos consejos a su hijo acerca de lo que debe ser su vida sentimental, mientras suben las escaleras mecánicas de una gran librería el día de la inauguración. "Descontrol absoluto", decía el cineasta resumiendo la experiencia. "Los actores, para hacerles un monumento; lo aguantan todo".

Antes de cada toma, se escuchaba por megafonía: "Por favor, no miren a la cámara". Pero la gente no sabía de qué cámara se trataba, porque había otra persiguiendo a un concursante de El juego de la oca, un programa televisivo. La víctima preguntaba por los corrillos: "¿Alguien tiene el reloj de El juego de la oca. Tenía media hora para encontrarlo si quería ganar un coche. Y lo encontró, en la muñeca de Rosa María Sardá.

La fiesta había comenzado a las 20.00, cuando una escaladora amarrada a una cuerda de seguridad, trepó por la fichada del emblemático edificio de Callao que alberga la nueva tienda, junto a los enormes dibujos de Daniel Torres que cubren el exterior y bajo una réplica de King Kong que se asomaba desde el tejado.

Al principio de la cola, el humorista Forges repartía pegatinas con la figura de uno de sus personajes diciendo: "Contra el hambre, 0,7% del PIB ¡ahora!". Una desconocida, no se sabe si una animadora o una fan de Lobatón, enseñaba una fotografía y preguntaba: "¿Has visto a mi Paco por Madrid?".

Buenos precios

Entre la muchedumbre, la galerista Juana de Aizpuru, con su tradicional y siempre impactante cardado, resumía lo que supone la FNAC en Madrid: "Yo creo que esto va a atraer porque está todo muy bien clasificado. Lo que me da un poco de pena son los pequeños comerciantes, para los que supone un grave peligro. Pero estas instalaciones son muy confortables y puedes pasarte aquí la tarde tranquilamente mirando comprando libros".

Pero por encima de la comodidad del local, la atracción eran los precios, resumidos en un dato: mientras la colección Alianza 100 cuesta veinte duros: en la FNAC el precio es de 95 pesetas. Algunos invitados señalaron discos en los que se ahorraba de 500 a 1.000 pesetas con respecto a algunas tiendas.

La multitud, en algunos momentos agobiantes, hizo exclamar a Quino, el humorista de Mafalda: "Prefiero el almacén de don Manolo".

Entre los asistentes, la ministra de Cultura, Carmen Alborch; el alcalde, José María Álvarez del Manzano, y el presidente de la Comunidad, Joaquín Leguina, que hicieron la apertura oficial. Además, acudieron Victor Manuel, Jesús del Pozo, Elena Benarroch, Manuel Piña y Sofia Mazagatos, entre otros. La más llamativa fue Eva Liberten, musa del destape, que ayer enseñaba su barriga de embarazada.

De las 14 actuaciones programadas para la inauguración, sólo se cayó del cartel el artista suizo Andreas Vollenweider. Con algún retraso sobre el horario previsto, y en tres plantas diferentes, el flamenco de La Barbería, el rock de The Oyster Band y el jazz de Chano Domínguez abrieron el fuego simultáneamente. Después siguieron Saxonora Quartet, Stars Big Band, Pedro Iturralde, Malevaje, Revólver, Burning, Siniestro Total, Ketama, Tomatito y Los Losada.

Sus actuaciones fueron seguidas por un numeroso público en el que destacó la afluencia de músicos españoles de los más diferentes estilos, en especial del mundo del jazz. Los artistas que actuaron en directo cobrarán en especie: además de las dietas, sus discos serán objeto de una promoción especial en la campaña navideña.

Distribuidos en tres escenarios (planta cuatro, jazz y nuevas músicas planta uno, pop y rock, y planta sótano, flamenco), los músicos variaron la idea inicial de ofrecer actuaciones acústicas. "Odiamos lo acústico. Vamos a hacer ruido", dijo Julián Hernández, de Siniestro Total. Y lo hicieron, aunque tampoco importó demasiado en la algarabía de idas y venidas de la gente fisgando libros y discos y sorprendiéndose de la amplitud de la oferta discográfica, que, en casos de músicas minoritarias como las étnicas, o la new age, o en discos de importación, resulta evidente, aunque sin llegar a igualar las de las FNAC francesas.

La nueva sucursal madrileña de esta cadena, ha programado para este mes una serie de actuaciones culturales que abarcan encuentros con escritores (Terencí Moix, Jorge Semprún y Juan Goitysolo); presentaciones de discos con recitales en directo (Paul Collins, Emilio Aragón. Los Especialistas y Los Sencillos) y exposiciones de fotografía como La Habana 1933-1993.

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