Alemania "devuelve" a Colombia a la familia del narcotraficante Escobar
El Gobierno alemán "devolvió" ayer a la familia de Pablo Escobar a Colombia. Tras haber permanecido unas 24 horas en el aeropuerto internacional de Francfort, la mujer del narcotraficante, Victoria Henao, sus hijos Manuela y Juan Pablo y la novia de éste, Andrea Ochoa, fueron puestos por el Gobierno de Bonn, a la una de la tarde, en un avión de Lufthansa con destino a Bogotá, donde se les esperaba anoche, tras una escala en Caracas. La policía mantenía un férreo cordón de seguridad en el aeropuerto de la capital colombiana, en previsión de posibles atentados, y un helicóptero sobrevolaba sin cesar la zona.
El Gobierno de Bonn insistió en que el regreso de los Escobar a Colombia no era el resultado de una "expulsión", ya que, según el portavoz del Ministerio del Interior, Karl-Heinz Schneider, "nunca llegaron a entrar en el país y permanecieron siempre, desde su llegada a Francfort, en la zona de tránsito del aeropuerto". El Ministerio de Exteriores de Bonn advirtió ayer a los alemanes de que podían sufrir posibles represalias si viajaban a Colombia.La mujer y los hijos de Pablo Escobar habían intentado, en la madrugada del lunes, solicitar asilo en Alemania, pero no llegaron a presentar una petición formal. "En el transcurso de los interrogatorios a que fueron sometidos, quedó claro", según el portavoz de Interior, "que sus declaraciones no aportaban indicios de persecución política en Colombia, y que la persecución de que podrían ser objeto era derivada de las actividades de su marido y padre". El propio ministro del Interior, Rudolf Kanter, sefialó, según su portavoz, que "Alemania no es ningún santuario para narcotraficantes".
Los cuatro colombianos no han tenido opción a elegir su destino y ha sido el Gobierno de Bonn quien decidió ponerlos en el avión de vuelta a Bogotá. "Una devolución significa que tienen que regresar a su lugar de origen", precisó el portavoz.
Suerte incierta
La suerte que les espera en su país, sin embargo, es incierta. En Bogotá, la Fiscalía General aseguró que la familia de Escobar decidió viajar a Europa "por su cuenta y riesgo", y se exoneró de toda responsabilidad en la suerte de los familiares del narcotraficante, que están amenazados de muerte por los Pepes (el Grupo de Víctimas de Pablo Escobar).La protección a la familia -unos 50 guardias que les vigilaron día y noche durante tres meses- ya había sido suspendida en los días anteriores a su huida fallida a Alemania, aparentemente para convencer a Escobar de que se entregara a la justicia. "La protección fue dispuesta con la esperanza de que Escobar se entregara y le fue retirada para presionar a favor de su rendición", declaró ayer a EL PAÍS una fuente de la Fiscalía.
Anoche se registraba también un férreo control policial alrededor de la cárcel de Itaguí, próxima a Medellín, donde no se descartaba que Escobar se rindiera, 16 meses tras su evasión de la misma prisión. Pondría fin así a la implacable persecución de 1.500 soldados y policías de élite que lo buscan desde hace un año, y al acoso de los Pepes contra su familia. Este grupo, que apareció en julio de 1992, ya ha asesinado a cuatro abogados de la familia Escobar y atacó a principios de octubre la residencia de sus padres, a pesar de que contaba con protección oficial.
El diario La Prensa de Bogotá, por su parte, afirmaba ayer que "la entrega de Escobar es el requisito indispensable que exige el cartel de Cali para entregarse también", lo que haría masivamente con un grupo de unos 200 miembros de la citada organización.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.