El Nobel Carlo Rubbia propone una alternativa revolucionaria de energía nuclear
Explica ante 800 científicos una tecnología sin riesgos y con escasos residuos
Varios centenares de científicos abarrotaron ayer por la tarde el auditorio del Laboratorio Europeo de Física de Partículas (CERN), en Ginebra, para escuchar a su director general, el físico Carlo Rubbia, en la presentación de un proyecto que, de confirmarse experimentalmente, supondría una revolución en la producción de energía nuclear por fisión. Lo que ofrece el investigador italiano es la ausencia de riesgo de accidentes críticos, la imposibilidad de desviar productos radiactivos para usos militares y una fuente abundante del combustible base con pocos residuos.
"Por supuesto tenemos que comprobar la idea con experimentos", declaró ayer Rubbia ante 800 investigadores en el CERN que no plantearon objeciones serias a su exposición aunque le hicieron numerosas preguntas técnicas. El físico italiano afirmó que podría desarrollarse un prototipo industrial de la nueva tecnología en unos cinco años.Las instalaciones comerciales producirían 10 veces más energía que la empleada para funcionar, pero de momento, para comprobar la viabilidad de la idea, Rubbia quiere hacer en el CERN, durante un año, un experimento inicial que costaría unos 190 millones de pesetas. El equipo que ha hecho el proyecto está integrado por tres franceses, otro italiano y el español Juan Antonio Rubio.
La expectación era máxima ayer en Ginebra en la presentación formal de una idea que rondaba por la cabeza del Nobel italiano desde hace tiempo, según sabían sus colaboradores más próximos. El nuevo ingenio partiría de un acelerador de Partículas, instrumentos de investigación con los que Rubbia, físico de esta especialidad, está muy familiarizado. Se trata, simplificando mucho, de emplear uno de estos aceleradores para producir haces de Partículas que mantengan una reacción nuclear en cadena a partir de un combustible abundante en la naturaleza, que es el torio. En estas reacciones se produciría uranio 233, cuya fisión nuclear generaría energía. Un desarrollo similar se está intentando en EE UU para quemar residuos nucleares.
Sin accidentes
La primera ventaja de la nueva tecnología sería que sin el haz de partículas del acelerador el uranio no se fisiona, las reacciones sencillamente se interrumpen, mientras que en las centrales convencionales el combustible nuclear (uranio 235) puede irse de las manos, en un proceso de fisión incontrolado de sus átomos. Con este sistema no caben accidentes como el de Chernóbil."La idea es muy atractiva, pero también muy complicada", afirma el físico italiano Nicola Cabibbo. Rubbia asegura que sólo precisa adaptar tecnologías ya probadas. Su equipo piensa que en pocos años se podrían explotar pequeñas centrales eléctricas del nuevo tipo, con una potencia 10 veces inferior a las plantas nucleares, pero nada impide, en principio, construir instalaciones mayores.
El grupo de Rubbia hace su propuesta en un artículo enviado a la revista Nuclear Instruments and Methods. Afirman que es una energía más limpia. Efectivamente, el torio no es radiactivo. Además, con esta técnica disminuiría sensiblemente el problema de los residuos nucleares. Es cierto que habría algunos productos radiactivos, pero de vida media relativamente corta, es decir, que pierden su actividad en pocos cientos de años y no en varios miles, como el plutonio o el uranio que llenan ahora los depósitos al generar electricidad en plantas nucleares. Como colofón, el ciclo del torio no produce el plutonio necesario para fabricar bombas atómicas.
Un pequeño acelerador
Rubbia tiene todo dispuesto para empezar a trabajar inmeditamente, si le autorizan, en el pequeño acelerador de partículas del CERN Isolde, una antigua instalación de poca energía que ha sido renovada para hacer ensayos de física atómica, nuclear y de estudio de materiales. Allí quiere comprobar su modelo y, si todo funciona como espera, propondría construir en algún sitio un prototipo industrial de instalación. "No nos hemos planteado a fondo los costes y oportunidades políticas del proyecto para la explotación comercial de esta fuente de energía", comentó Rubio, físico del CERN y del Ciemat español.Algunos expertos se preguntaban ayer si el experimento inicial planteado es realmente crucial y sugirieron comprobar simultáneamente cuestiones como los cálculos de producción de partículas en el sistema. Los científicos tienen ahora que analizar con detalle la propuesta. "Si progresa favorablemente, después de decenios sin ninguna revolucionaria alternativa a los métodos habituales de producción de energía, el proyecto de Rubbia y sus colaboradores puede significar un bien deseado respiro", comentó Álvaro de Rújula, físico español del CERN.
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