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Las nuevas licencias de doblaje amenazan a los filmes españoles menos comerciales

Los exhibidores rechazan las medidas urgentes de Cultura

Las distribuidoras multinacionales han expresado ya su opinión sobre el nuevo sistema de licencias de doblaje, que limita su concesión. Ernesto Victoria, responsable de Columbia en España, dijo ayer: "Antes distribuía una película española porque me daba una licencia. Pero ahora, si sólo me dan licencias las que recaudan más de 50 millones, ¿para qué comprar una que sé que no me dará esta cantidad?". Su reflexión está en consonancia con la que parte de la Federación de Distribuidores de Cine (Fedicine), cuyo secretario, José Antonio Rodríguez, afirma: "La ley impedirá el acceso de la pequeña película española a los cines".Si las protestas de los distribuidores -iniciadas por los independientes- ya se habían puesto de manifiesto desde que Carmen Alborch, ministra de Cultura, presentó el pasado lunes las denominadas medidas urgentes del audiovisual, ahora se suman las de los exhibidores, agrupados en la Federación de Entidades de Empresarios de Cine de España.

En un comunicado elaborado ayer en Madrid, los exhibidores solicitan la modificación de la cuota de pantalla que establece la nueva normativa y que, de hecho, mantiene la situación anterior en las grandes ciudades. Los cines están obligados a programar un día de cine comunitario por cada dos de terceros países. Los exhibidores piden que esta proporción pase a ser de uno a tres. El comunicado exige, además, que las licencias de doblaje se supriman totalmente.

Las licencias de doblaje son el motivo de las protestas de los distribuidores. "Nosotros no empezamos a doblar las películas en España porque quisiéramos, sino porque una ley de Franco nos obligó; si ahora otra ley nos obliga a hacer filmes subtitulados, los haremos", reflexiona el presidente de Columbia.

Antes, era suficiente con la compra de la película comunitaria para su distribución para obtener una licencia. Con la nueva normativa del audiovisual será necesario que esta película recaude 50 millones de pesetas. "Si cada año hay 20 ó 30 películas comunitarias que cumplen este requisito, está claro que no habrá suficientes licencias", añade Ernesto Victoria.

Para José María Otero, director general de la Fundación Procine, que agrupa a destacados productores españoles, la nueva normativa tiene como objetivo fomentar la producción. "En estos momentos se producen muchos casos en los que una película se compra, y, o no se estrena, o se estrena mal". La nueva normativa obligará a las distribuidoras a estrenar las películas comunitarias en mejores condiciones. Otero admite que con la nueva regulación algunas películas no entrarán en las pantallas, algo que ya sucede con muchos filmes españoles: "La nueva normativa obligará a hacer filmes más comerciales".

El secretario de la Fedicine, José María Rodríguez, piensa que la normativa acabará con los pequeños distribuidores y que los únicos beneficiados serán los productores europeos.

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