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El histórico acuerdo entre Menem y Alfonsín deja en el aire el referéndum

El pacto firmado el pasado domingo entre el presidente argentino, el peronista Carlos Menem, de 63 años, y su antecesor en el cargo, el radical Raúl Alfonsín, de 66, para reformar la Constitución argentina ha dejado en suspenso el plebiscito convocado para el próximo domingo. El acuerdo, calificado de "histórico" tendrá que ser ratificado por la convención de la Unión Cívica Radical (UCR), que se celebrará el 3 de diciembre. Se espera en esa convención una fuerte resistencia de los sectores del radicalismo opuestos a Alfonsín.

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Un plan para consolidar la democracia

El acuerdo prevé una reforma que contiene entre sus puntos más destacados la posibilidad de reelección inmediata, por una sola vez, del presidente y la reducción de su mandato presidencial de seis a cuatro años. Esto posibilita a Menem cumplir su sueño de ser reelegido presidente en 1995, si se aprueba la reforma constitucional y gana de nuevo las elecciones.Lo que hace unas semanas parecía imposible se logró en la noche del domingo [madrugada del lunes en Españal: el abrazo entre Menem y Alfonsín. Los periódicos de ayer calificaron en primera página de histórico el abrazo y muchos comentaristas lo comparan con el también histórico de 1973 entre el general Juan Domingo Perón y el dirigente radical Ricardo Balbín.

En la noche del domingo se cerró un pacto democrático, que abre la posibilidad de una reforma constitucional lograda por consenso y no a la trágala. Al mismo tiempo se evita una reforma que amenazaba convertirse en una chapuza por culpa de las concesiones que el peronismo había tenido que hacer en el Senado para conseguir la mayoría de votos necesaria. Para ello ha sido necesario que Alfonsín diese un giro en las posiciones que sostenía de forma contundente hasta hace pocos días, cuando aseguraba que de ninguna manera estaba dispuesto a conceder Menem la reelección y que contaba los días que faltaban para llegar al final del mandato.

Esta pirueta de Alfonsín resulta difícil de tragar por una parte de los dirigentes más importantes y bases del radicalismo. Alfonsín, que en la madrugada del pasado sábado resultó elegido presidente de la UCR hasta fines de 1995, quedó con el camino abierto Para lograr el entendimiento con Menem que, bajo cuerda, ya había avanzado por los negociadores de ambos partidos.

El camino para la reforma constitucional pasa ahora por la ratificación del acuerdo por la convención radical del próximo 3 de diciembre. Alfonsín tendrá que convencer ahí a las bases del partido. Varios de los dirigentes más destacados del radicalismo ya han expresado su oposición al acuerdo. Sin embargo, el ex-presidente está seguro de que logrará el apoyo de la convención de la UCR.

Ese obstáculo hace que el Gobierno no haya anulado de forma definitiva el plebiscito, que sólo ha quedado suspendido. Si la convención no aprueba la reforma, el Gobierno podría confirmar el plebiscito para demostrar que cuenta con el apoyo mayoritario del pueblo argentino.

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