Sanidad prepara medidas de control para reducir un 12% el gasto en medicamentos

LUCÍA ARGOSLa obligación que se ha marcado la ministra de Sanidad, Ángeles Amador, de cumplir en 1994 un presupuesto farmacéutico un 12% menor que el gasto de 1993 se va a traducir en fuertes medidas de contención que han generado malestar en la industria y entre los farmacéuticos. No sólo se van a seguir excluyendo medicamentos de la Seguridad Social. Se pretende también recetar un 10% menos y reducir el margen comercial de las farmacias. Si no se consigue mediante acuerdo, el ministerio está dispuesto a ejecutarlo unilateralmente, según fuentes de Sanidad.

El director general del Insalud, José Luis Temes, tuvo ayer una de las primeras reuniones de trabajo para dar forma a una serie de medidas que darán un giro profundo al consumo farmacéutico público. Entre ellas, Temes se propone reducir en un 10% del número actual de recetas. "Las gerencias de los centros de salud tendrán asignado un número de recetas, lo cual no significa que no puedan desviarse cuando esté justificado", declaró ayer.Si en 1992 se extendieron un total de 518 millones de recetas en todo el sistema público, por un importe de 565.043 millones de pesetas, un 10% menos generaría al Estado un ahorro de unos 56.000 millones de pesetas.

Dosis personalizadas

Como ya explicó el director general del Insalud en su comparecencia en el Congreso, está previsto que los centros de saIud dispensen medicamentos directamente, como también que los pacientes adquieran allí sus dosis personalizadas.

A estas propuestas de ahorro se une el firme propósito de la Administración de seguir aplicando el decreto de financiación selectiva de medicamentos, que en una primera fase dejó fuera de la Seguridad Social hasta 800 medicinas. Con esta medida la Administración prevé gastar 5.000 millones menos, según dijo ayer en el Senado el subsecretario del Ministerio de Sanidad, José Conde. También afirmó que "en el futuro quedará excluído algún fármaco más".

La cuenta suma y sigue con los 18.000 millones de pesetas que se pretenden ahorrar con la rebaja del 3% en el precio de los medicamentos acordada con Farmaindustria. Si los farmacéuticos no hacen otro tanto con su margen comercial -casi del 30%-, el ministerio está dispuesto a imponerlo.

En la última reunión mantenida entre Ángeles Amador y los representantes del Consejo General de Colegios Farmacéuticos, el pasado miércoles, la ministra insistió en su necesidad de cumplir el presupuesto y volvió a pedir colaboración a los empresarios de farmacia.

Pero estos mantienen su negativa, al considerar que ya hacen suficientes esfuerzos. "Nosotros insistimos en que ya damos muchos ojos para controlar el gasto al propio sistema sanitario" dijo ayer José Vélez del Consejo de Farmaceúticos.

Los farmacéuticos aseguran que cobran de la Administración hasta con 50 días de retraso; que la propia facturación Ies cuesta dinero, y además, sostienen que todas las restricciones farmacéuticas terminan afectándoles económicamente. El malestar y la inquietud no se oculta en el mercado farmacéutico. Las farmacias ven en peligro su papel de intermediario sanitario en la dispensa de medicamentos y la industria, su propia supervivencia. Ambos sectores critican que, a su juicio, la contención del gasto se quiera hacer solo a costa de los medicamentos.