"Ya no quiero oír hablar de Europa"
Los ciudadanos de Estrasburgo acogen con rabia estos días al nuevo Ejército europeo. No se puede dar un paso sin que le den a una un papel convocando a una manifestación. "Un Ejército europeo ¿para qué?". Ni la OTAN ni la ONU ni nadie puede parar esa guerra que tenemos aquí al lado. ¿Para qué, pues, queremos un Ejército europeo?, ¿para dar trabajo a los militares?", se explicaba con mucho ardor un joven que distribuía las octavillas. Pero no es un sentimiento aislado. Ayer, en la reunión convocada por las diferentes organizaciones culturales de Estrasburgo para planificar una programación para Sarajevo 94 estaban desconcertados. Han trabajado durante meses para recoger firmas y estaban convencidos de que el Consejo de Ministros de la CE aprobaría la capitalidad de Sarajevo."Nuestras primeras iniciativas han fracasado", afirmó el filósofo Philippe Lacoue-Labàrthe. "¿Qué haremos ahora?", preguntó. "Continuaremos. Recogeremos más firmas y volveremos a pedirle que nombre a Sarajevo capital cultural para obligarles a decir no. Y seguiremos adelante".
Otro participante se mostró más radical y menos convencido: "Ya no quiero oír hablar más de Europa, ni de derechos humanos, ni de nuestro maravilloso palacio [sede del Tribunal Europeo de los Derechos Humanos, situado a pocos metros de donde se celebraba la reunión], si no le interesa lo que pasa en Europa". Pero, pese a estas amargas palabras, los ciudadanos de Estrasburgo no han tirado la toalla. Justo para cuando acabe el Carrefour, han organizado una semana dedicada a Sarajevo, que se celebrará del 10 al 16 de noviembre. Además de conferencias, reuniones y debates, han organizado un ciclo de cine dedicado a la capital bosnia, que incluye películas de Milos Radovic, Ivica Matic y documentales realizados en Sarajevo.
Todos los participantes asistieron a la proyección del documental Esperando a Godot en Sarajevo, de Nicole Stephàne, con la colaboración de Susan Sontag y Juan Goytisolo. El pequeño aforo de la sala de cine Odyssée fue insuficiente y tanta gente quedó fuera que tuvieron que realizar una nueva proyección. Ya han anunciado varias más para los próximos días. Stephàne presentó el filme con lacónicas palabras: "Les invito a ver esto". Y "esto", como ya sucediera durante su proyección en Madrid con motivo de la presentación del Cuaderno de Sarajevo, dejó a los espectadores mudos: una guerra horrible vista a través de los ojos de la cultura y de la vida cotidiana. Cuando las luces se encendieron, el público descubrió a Susan Sontag sentada en el suelo. No había encontrado butaca.
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.