_
_
_
_
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

A vueltas con los salarios

No es nada extraño que el tema de los salarios esté, vivamente, en el debate, ahora, aquí. Los temas distributivos despiertan pasiones sociales, aunque un montón de economistas haya decidido pasar de ellos. Pero sorprende la cantidad de tópicos que nos circundan, aun en el caso de que uno tenga el buen gusto de no conectar con las nefastas tertulias radiofónicas al uso.Se debate la incidencia de los salarios en costes y precios. En la industria su peso parece que oscila entre un 15% y un 25% del coste, por lo tanto, menos sobre el precio. En cambio, en los servicios su incidencia puede estar entre un 25% y un 80% (!) de su coste, bastante menos en cuanto a precios. Hay aquí, pues, una dualidad relevante.

Más información
El salario de la crisis

De otro lado las rentas de trabajo deben de constituir ahora entre un 5 1 % y un 54% de la renta nacional: de ahí que, su comportamiento monetario sea relevante en términos de potencial de inflación de costes. Desde luego, la moderación salarial tiene un sentido en estos tiempos dentro de una cierta política de rentas (el Gobierno no debiera perder la perspectiva a tres años). Pero también se ha de dejar lugar al funcionamiento del mercado de trabajo. A uno, lo del 5%-6% de aumento en la negociación colectiva no le causa ni sobresalto, ni estupor. Y no se puede olvidar un cierto mantenimiento del consumo, como objetivo instrumental.

Dentro de las estrategias empresariales los retos son muy diversos: ventas, tecnología y desarrollo, estrategias de productos, organización, productividad, exportación, etcétera. Las voces sindicales se han esforzado en poner de relieve esta multipolaridad de la estrategia empresarial correcta. La polarización en la carga de la nómina, como variable "controlable", no deja de ser un recurso bien parcial.

Median otros tres emplazamientos contextuales: las "cargas sociales" como impuesto sobre el empleo y su diferencial exterior, donde algo se tendrá que hacer en la economía española; de hecho, ya se hubiera tenido que apuntar algo, en una perspectiva a tres años que nunca debiera perderse ahora. La redistribución pública a través del gasto social, con su incidencia en los costes productivos, que a partir de la segunda mitad de los ochenta ha sido la pieza clave de política social y que hemos de considerar en pausa y retroceso. Las implicaciones de la globalización mundial de las economías: decididamente, la socialdemocracia en una sola área y con liberalización exterior no tiene futuro.

Otros aspectos son, por ejemplo, el de la relación entre costes laborales (incluyendo los de des pido) y empleo. En principio es incontestable que la moderación mejora los niveles del empleo.

Tampoco es una cuestión deleznable la de la virtualidad de "las consignas de topes de revisión salarial" en una economía de mercado en la que muchos subsectores e innumerables empresas opten por revisiones más amplias porque puedan o incluso para evitarse conflictos. La disciplina en este terreno es cuando menos problemática. Aunque segmentado, hay un mercado de trabajo dentro de la economía de mercado. Por lo que hace a la congelación relativa de sueldos de funcionarios, me parece acorde dada su estabilidad. Así, pues, y en conclusión: ¿moderación salarial? Hombre sí, toca. Pero no exageremos sus efectos ni su virtualidad.

Jacint Ros Hombravella es catedrático de Política Económica de la Universitat de Barcelona (UB).

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_