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UN DEBATE POR EL EMPLEO

El salario de la crisis

La moderación salarial empieza a producirse después del aumento del paro

La moderación salarial es la moneda de cambio que se trata de usar cada vez que la economía presenta síntomas de recesión o de menor crecimiento. Se suele señalar que las subidas salariales desbocadas de ejercicios anteriores desembocan en pérdidas de competitividad para las empresas que, finalmente, no tienen más remedio que reducir empleo o tratar de moderar los costes laborales para ajustar sus totales a la nueva situación. La moderación salarial suele empezar a tener lugar, cada vez más por la liberalización, después de que se reduzca la plantilla en cada empresa. Las cosas ni son tan claras ni tan fáciles, se recuerda en otros ámbitos.Las recetas para salir de una crisis, sea de la profundidad de la actual o de menor calado como las que periódicamente se producen, suelen ser bastante similares. Las empresas tratan de ajustarse a la nueva situación mediante reducciones de costes y los laborales son, en algunos sectores, muy importantes. La Administración en algunos casos, toma medidas generales para tratar de ayudar a recuperar la competitividad global, como buscar un nuevo equilibrio en el tipo de cambio o propiciar re ducciones de los tipos de interés, al tiempo que introduce modificaciones en el mercado laboral.

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En el intercambio de ideas siempre surge una idea-fuerza básica: si los salarios crecieran menos de lo que lo han hecho en anteriores ocasiones las posibilidades de crear empleo aumentarían. En la mayoría de los casos se plantea como algo etéreo, no concreto, pero en otros momentos, como el actual, se pretende encarar de frente y se habla de cambiar directamente moderación salarial por empleo nuevo, o no destrucción del existente como primer paso.

Falso debate

Los principales sindicatos consideran que se trata de un falso debate. Pedro Reyes, secretario de Empleo de CC OO de Madrid, región, no duda en afirmar que "si fuera verdad que la moderación salarial crea empleo estaríamos haciéndolo ya, porque hay moderación salarial desde hace varios años. Si fuera real que la flexibilidad crea empleo se estaría haciendo porque desde 1984 se ha liberalizado". José María Zufiaur, secretario confederal de UGT, es igual de tajante: "En general, los salarios no son el problema de la crisis. El problema real es que no hay, demanda interna que sea capaz de propiciar el crecimiento económico. Y la moderación salarial no puede ser excesiva porque también hay que cosiderar los salarios como incentivadores del consumo, de la demanda".

Además, dice Zufiaur, "los salarios se vienen. moderando. La reducción de los salarios nominales ha sido más fuerte que la de la inflación. En el último año el crecimiento de los salarios ha pasado de un 7,2% a un 5% en que se acabará realmente a fin de 1993. Los costes laborales unitarios se han reducido entre 2 y 2,5 puntos". José Folgado, director del departamento de Economía de CEOE, considera que lo que ocurre ahora es consecuencia del pasado: "El proceso de concertación salarial de los años 80 trajo consigo ritmos de desaceleración de los salarios del 16% a otros del 6%. Gracias a ello se mantuvo la competitividad y el crecimiento del empleo posterior. En 1989 se entró en el SME y se mantuvo el clima de expansión acelerándose el crecimiento salarial hasta alcanzar el 9% en 1992. Las empresas sufrieron ya entonces las presiones de precios, la sobrevaloración de la peseta".

Los salarios son, como recuerda Cristóbal Montoro, diputado del Partido Popular, en parte renta y en parte coste de producción. Romper ese binomio a favor de una de las dos es el objeto final de la discusión sobre la posibilidad de crear empleo. "Los salarios como coste son importantes, ya que el 57% del valor añadido de las empresas corresponde a costes laborales", dice Montoro. Folgado acota este dato señalando que "en Estados Unidos y Japón este porcentaje baja hasta el 25%".

El responsable de CEOE señala que en todo caso Ios empresarios saben que hay que tener salarios suficientes. Si el mercado es flexible no se pueden tirar a la baja. La posible reducción de los salarios tiene un límite".

En todo caso el problema que se plantea es intentar entender cómo es posible que los salarios hayan venido creciendo de forma relativamente importante cuando, paralelamente, ha aumentado el paro o no ha disminuido hasta niveles significativos.

Presiones sindicales

Tanto para la patronal como para los sindicatos constituye la piedra de toque. Folgado señala, justificando las subidas salariales de los últimos años, que "los empresarios cedieron a las presiones sindicales. Se trataba de impedir huelgas que hicieran imposible que los empresarios atendieran a sus clientes". La alta producción, se señala, exigía un alto nivel de empleo compatible con subidas salariales fuertes y contemporáneo con un nivel de paro que, estadísticamente, en los mejores momentos no bajó del 15%.

Algo que también señala Montoro al afirmar que Ias condiciones objetivas del mercado de trabajo no eran buenas; La expansión económica trajo problemas de empleo en una sociedad con altas tasas de paro porque realmente no abunda la mano de obra; los salarios no crecen por capricho; hay problemas de formación profesional, problemas de renovación de plantilla; los trabajadores no cualificados son caros; el mercado laboral es rígido e ineficiente".

Zufiaur recuerda que "los convenios los firman las dos partes. Los empresarios deben pensar que las subidas salariales que se pactan son compatibles con la situación de la empresa". Además, dice, "cuando se habla de subidas salariales medias para este año de un 6% se habla de las de convenio, no de salarios de los funcionarios, de los trabajadores de pequeñas empresas, agrarios. Y en ese porcentaje se incluyen los convenios plurianuales que, cuando se firmaron, se aceptaban como buenos". El dirigente sindical termina diciendo que si se consideraran todos estos aspectos el crecimiento salarial sería menor.

La negociación salarial, pues, acaba ajustándose a la exigencias del mercado, aunque con un cierto retraso. El ajuste, ahora, es más rápido actuando sobre la cantidad de empleo en lugar de hacerlo sobre el precio. Es producto de la liberalización. Y lo que se intenta ahora, en las condiciones actuales, es tratar de impedir que el proceso siga por ese camino.

Precariedad

La moderación salarial se impone por varios motivos, entre los que destaca la propia reducción de la inflación y la sensación de precariedad global del empleo en que se ha incurrido como consecuencia de la recesión económica.

El binomio salarios-empleo acaba funcionando por la propia fuerza de los hechos. Lo resumía recientemente el secretario de Estado de Economía, Alfredo Pastor: "Si el motor de la recuperación debe ser la inversión privada, el objetivo del Gobierno es crear un marco para la reactivación a medio plazo haciendo que se recupere un clima de confianza que haga que los empresarios quieran volver a contratar trabajadores". Y en este marco "la moderación salarial a través del pacto de rentas" es una de las patas, "pero no necesariamente la más importante".

El mecanismo es el usado en ocasiones anteriores. El ajuste ayuda a redistribuir la riqueza nacional en favor de las empresas que de esta manera recuperan beneficios y, posteriormente, aumentan la producción y generan empleo. Pero en medio de la crisis apostar porque funcione el binomio salarios-empleo es imposible. Montoro señala que "nadie puede garantizar el pacto congelación por congelación desde el prisma global. Es un planteamiento exagerado".

En la práctica todos se vienen a decantar por un proceso de varios pasos entre los que se mezclan la moderación salarial, el crecimiento del paro, la recuperación y el empleo. Y en medio de todo ello la necesidad de una mayor flexibilidad en la negociación y una descentralización salarial que, según Folgado, "no debería ser ni siquiera a nivel de empresa, sino que debería llegar al centro de trabajo" para poder medir bien la productividad, ya que, como señalaba Pastor, "existe una estructura salarial muy rígida derivada de la existencia de convenios sectoriales".

La moderación salarial como posible alternativa a los problemas de empleo no ha sido puesta en práctica todavía salvo en casos concretos y una vez que la crisis de la empresa o del sector se ha hecho insostenible.

El efecto mimético que puede tener el anuncio de Volkswagen, proponiendo reducir la jornada laboral y el salario en su parte proporcional para mantener el actual nivel de empleo puede ser, importante. Sobre todo como salida a un problema concreto de mantenimiento de una situación heredada.

Pero en todo caso se trata de ajustes, una vez que se ha producido la explosión de un expediente de regulación de empleo o de una crisis tan profunda que hace que se plantee la posibilidad de cerrar una planta industrial en su conjunto.

No se ha propuesto como posible alternativa antes de que se produzca el conflicto.

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