Ganar menos a cambio de empleo
Los trabajadores de Matricerías Deusto aceptan menores salarios
La práctica totalidad de los 240 trabajadores de Matricería Deusto, industria del sector auxiliar del automóvil, ha aceptado una considerable reducción salarial con carácter indefinido para garantizar la competitividad de la empresa. Desde el pasado mes de junio, la plantilla, repartida entre las fábricas de Zamudio (Vizcaya) y Palencia, percibe como salario bruto lo que antes era neto. La decisión de los trabajadores no ha sido fácil. Para algunos, supone ingresar 70.000 pesetas menos al mes.La crisis generalizada en el sector del automóvil, unida a la esperanza de que vuelvan los años dorados a la matricería, han" impulsado el apoyo mayoritario de los trabajadores a la propuesta de la dirección. "Yo gano desde junio 7 1.000 pesetas menos", señala un operario de máquinas de Zamudio. "Acepté la reducción salarial, en mi caso del 33%, porque confío en que la medida ayude a remontar la crisis", asegura el trabajador que, como el resto de los trabajadores consultados, prefiere no identificarse. Los elevados sueldos de los empleados de Matricería Deusto, fichados entre las empresas del sector, y la inexistencia de un comité de empresa caracterizan la fábrica vizcaína. El dueño, Andrés García, ha negociado individualmente y con cada trabajador la transformación de los salarios. de netos a brutos. El silencio es norma entre los trabajadores, que no pasan por alto el hecho de que "ocho empleados del sector comercial que se negaron a que les bajaran el salario han sido despedidos".
Con 10 años de antigüedad en la planta de Zamudio, el operario de máquinas ha vivido los años felices, cuando había tantos pedidos que se hacía necesaria la subcontratación e incluso, a veces, rechazar trabajo. "Aquellos eran años buenos y eso se notaba en los sueldos, que aumentaban sustancialmente cada año", recuerda.
"Yo ganaba aproximadamente 180.000 pesetas y desde junio percibo 43.000 pesetas menos. Acepté en mayo la reducción salarial porque creí los argumentos de Andrés García, que nos explicó que la única forma de resultar competitivos era bajar el coste de trabajo por hora", asegura un trabajador del taller de ajuste. En opinión del ajustador, casado y con un hijo, "los trabajadores no hemos necesitado sindicatos porque pagaban muy bien".
La reducción salarial aplicada ahorrará un 30% de costos de explotación, tasado en 500 millones de pesetas anuales por el empresario vizcaíno. "No están los tiempos para los elevadísimos sueldos que recibían mis trabajadores, que son los mejores del sector", dice García, que asegura que nunca se ha planteado la presentación de un expediente de suspensión de pagos. "He renegociado la deuda bancaria ofreciendo garantías, y los pedidos no faltan".
Algunos trabajadores echan de menos ahora la presencia de "unos representantes de los trabajadores que hablaran por todos y velaran por los intereses conjuntos". Así se expresan dos jóvenes ajustadores que no han firmado el recorte salarial porque no creemos que la reducción de nuestros salarios sea la: mejor solución para superar la crisis".
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