El hambre obliga a muchos habitantes de la ciudad angoleña de Cuito a practicar el canibalismo

Los habitantes atrapados en la ciudad angoleña de Cuito, escenario de feroces combates entre las tropas gubernamentales y las fuerzas rebeldes de la Unión Nacional para la Independencia Total de Angola (UNITA) se han visto obligados a practicar el canibalismo para sobrevivir, según afirmó ayer un grupo de refugiados de dicha ciudad que llegó ayer a Lisboa. "No había comida, no había nada, la gente no tenía nada más para comer. Tuvieron que hacerlo", dijo Emilia de Conceiçao Correia, miembro de una organización humanitaria, al descender del avión.

Correia dijo que la que fue próspera capital de la rica provincia agrícola de Bie está en ruinas. Sus habitantes carecen de ropa y viviendas en las que guarecerse durante la estación de las lluvias que acaba de comenzar. "La ciudad está completamente destruida. No hay una sola casa que no esté dañada", aseguró.Cuito, la capital de la provincia angoleña de Bie, cercada por los rebeldes de la UNITA desde hace nueve meses, es "Beirut y Sarajevo al mismo tiempo y mucho peor", cuenta uno de los pocos testigos que visitaron la ciudad mártir. Beirut por la intensidad de los bombardeos, que no dejaron un solo edificio, una sola casa en pie. Sarajevo por el horror de nueve meses de total aislamiento, durante los cuales no llegó abastecimiento para los cerca de 50.000 habitantes.

De éstos, unos 25.000 permanecen todavía entre las ruinas sin saber cuándo podrán salir de este infierno. Con la llegada ayer a Lisboa de los 96 extranjeros, portugueses en su mayoría, que fueron autorizados a abandonar la ciudad el viernes y fueron transportados en avión a Santo Tomé, se ha roto el muro de silencio levantado por las Naciones Unidas y el Gobierno de Luanda con el puente aéreo iniciado hace una semana para socorrer a los supervivientes. Ningún periodista ha podido entrar en la "ciudad perdida" y los funcionarios de las agencias humanitarias se han comprometido a no decir nada de lo que ven u oyen en sus viajes. Es una de las cláusulas del acuerdo pactado con la dirección de UNITA por el brasileño Aranda da Silva, coordinador del programa de emergencia de las Naciones Unidas para Angola.

Buena voluntad

L a llegada de la ayuda humanitaria a Cuito sigue dependiendo de la buena voluntad de los guerrilleros que cercan el aeropuerto y controlan los cuatro kilómetros de carretera que separan a éste de la ciudad.

La dimensión del drama de la guerra en Angola la dio ayer en Limassol (Chipre) el viceministro de Asuntos Exteriores de Angola, George Chikoty, quien afirmó que cerca de medio millón de personas -el 5% de la población total de Angola- ha muerto en los últimos doce meses tras la reanudación de la guerra civil desatada por la guerrilla de UNITA, que no aceptó su derrota en las elecciones de septiembre de 1992 frente el gubernamental Movimiento Popular para la. Liberación de Angola (MPLA). Chikoty manifestó que unas 1.000 personas mueren diariamente a causa de los combates, el hambre y las enfermedades. "Creíamos que en la nueva guerra habían muerto 250.000 personas habían muerto en la nueva guerra desde las elecciones, pero la cifra se acerca al medio millón".