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Siria y los emiratos son remisos a apoyar a Arafat

Yasir Arafat, inmerso en una carrera contrarreloj para ganar apoyo a su proyecto de paz con Israel, constató ayer que hay ciertas cosas que sus hermanos árabes no están dispuestos a olvidar. El presidente de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) esperaba un espaldarazo de Siria y, lo que es igualmente importante, ansiaba escuchar ofertas concretas de los ricos emires del Golfo. Pero en lugar de la bendición de Damasco y los petrodólares indispensables para impulsar la economía de los territorios que quedarán a cargo de la OLP, Arafat sólo encontró ambigüedad.

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Arafat estaba anoche en El Caíro evaluando en secreto con el ministro de Exteriores egipcio, Amr Musa, la tibia reacción de Damasco y la enigmática actitud de los países miembros del Consejo de Cooperación del Golfo Pérsico (CCG). Si existía preocupación en las esferas de la OLP, ésta no se manifestó. Al contrario, una fuente palestina declaró anoche en Túnez que todo marcha sobre ruedas y que es inminente el reconocimiento mutuo entre la OLP e Israel, el paso que allanará la vía para el acuerdo global de paz que dará autonomía a los palestinos de los territorios ocupados.En Siria, Arafat tuvo que atenerse al formalismo. Tras una larga reunión con el presidente Hafez el Assad, a quien Arafat desafió abiertamente en el Líbano en 1983 en una maniobra que le costó la expulsión de Al-Fatah de ese país, el líder palestino trató de disimular la parquedad de sus anfitriones. "Fue una reunión muy fructífera que nos refuerza en nuestra larga rnarcha", declaró Arafat en una conferencia de prensa conjunta con el ministro de Exteriores sirio, Faruk al Shara. El dignatario sirio le escuchó en silencio; no dió siquiera la mas mínima pauta de lo que realmente piensa Siria. La posición oficial de Damasco es fría y de una simplicidad característica: la OLP es libre de tomar las decisiones que vea más convenientes. Punto.

Ciertamente, mas elocuente resultó el editorial que apareció ayer en el matutino oficial Tishrín (Octubre). Según el editorial citado, los vagos pero insistentes informes sobre avances en la dirección de un acuerdo entre Siria e Israel no eran más que una farsa para alentar al resto de los árabes a apoyar el acuerdo entre la OLP y el Gobierno del primer ministro israelí, el laborista Isaac Rabin.Líbano no pondrá objeciones

El Gobierno de Líbano, que prácticamente no hace nada sin consultar primero con Damasco, adoptó la misma postura que los sirios. "Los palestinos tienen sus propias instituciones constitucionales para tomar decisiones y Líbano no se convertirá en un obstáculo", declaró el primer ministro Rafiq Hariri sin añadir mayor entusiasmo ante la perspectiva de que la OLP emule a Egipto firmando un tratado de paz bilateral, como lo hicieron los difuntos Menahem Begin y Anuar Sadat en 1979 tras el histórico proceso de Camp David.

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Arafat podía ayer jactarse a medias de su reconciliación con los países del Golfo. La reunión ministerial del CCG celebrada en Riad bajo fuerte presión norteamericana culminó con una declaración que apoya la idea de un pacto entre la OLP e Israel, pero no mencionó cifras. Los palestinos esperaban que los opulentos miembros del Consejo -Bahrein, Kuwait, Omán, Arabia Saudí, Qatar y los Emiratos Árabes Unidos- dieran públicamente una señal de que están dispuestos a desembolsar por lo menos 200 millones de dólares (unos 28.000 millones de pesetas) para contribuir al fondo internacional de emergencia y proporcionarle la solvencia vital que necesitará la autonomía de Gaza y Jericó.

En medios palestinos se decía que el detalle, ese detalle capital, refleja resentimiento. Los emires del Golfo, especialmente Kuwait, no se han olvidado de que Arafat se solidarizó con Irak antes, durante y después de la invasión de Kuwait hace poco mas de tres años.

A pesar de la parquedad del CCG, su apoyo al proyecto de paz resulta clave porque inclina la balanza en favor de la OLP en el seno de la Liga Árabe. De hecho, Arafat cuenta, además, con el apoyo de Jordanla, Yemen, Túnez, Marruecos y, por supuesto, de Egipto, el único país árabe que mantiene relaciones diplomáticas con el Estado de Israel. Lo que los palestinos subrayaban ayer era que los emires del Golfo ' con la declaración de apoyo, han perdonado la afrenta de la OLP durante la guerra del Golfo. "Ya anunciarán cuánto dinero nos van a dar", dijo confiado un economista palestino. "Su contribución se materializará pronto y será importante", agregó, "más por la presión norteamericana que por perdonar a Arafat".

La inminencia de la paz no impidió que los soldados israelíes mataran ayer en Gaza a Ghazi Hattab, un palestino de 16 años que les arrojaba piedras.

Un somatén en Cisjordania

Por otra parte, los asentamientos judíos en los territorios árabes que pasarán a ser administrados por los palestinos tras la firma del acuerdo de paz entre Israel y la OLP serán protegidos por una especie de somatén, según afirmó ayer el ministro israelí de Policía, Moshe Shahal. Este anuncio pretendió calmar las angustias de los colonos en vísperas de la manifestación de rechazo al proceso de paz que la derecha celebrará en la tarde de hoy en Jerusalén.

Shalial aseguró que voluntarios civiles asumirán funciones policiales y velarán por la seguridad de los colonos judíos en la franja de Gaza y en el oasis de Jericó, las dos porciones de los territorios ocupados por Israel en 1967 que serán colocadas bajo control palestino.

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