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Se exponen en Las Palmas curiosos documentos personales de Galdós

Postales, facturas, mapas, prospectos y otros curiosos documentos que Benito Pérez Galdós fue acumulando a lo largo de su vida componen las piezas de la exposición titulada La ilustración gráfica en el universo galdosiano. El Cabildo Insular de Gran Canaria la ha abierto como actividad paralela a la celebración del V Congreso Internacional Galdosiano que se desarrolla en Las Palmas de Gran Canaria, cuando se cumplen 150 años desde el nacimiento del escritor.

En septiembre de 1889 Benito Pérez Galdós (Las Palmas de Gran Canaria, 1843-Madrid, 1920) se hospedó en el Shakespeare Hotel de Straford on Avon y pagó 86 libras; el 19 de septiembre de 1912 visitó al doctor Márquez, un oculista que tenía su consulta en el número 13 de la Puerta del Sol de Madrid, que le prescribió unos cristales, y el 18 de abril de 1882 el autor de Fortunata y Jacinta recibió de la Asociación de Periodistas y Escritores Portugueses un documento que le acredita como socio número 158. La muestra descubre a un cuidadoso coleccionista de recuerdos gráficos y escritos, lo que ha llevado a Sebastián Hernández Gutiérrez, comisario de la exposición, a calificar al ilustre grancanario como "un fetichista consumado".Destaca, entre tanto papeleo, una jocosa "licencia para desahogarse" que expide en enero de 1881 un tal "don Cucufate Palomino y Catalán, doctor en Pedomanía", donde se le autoriza para que, "sin que nadie le ponga impedimentos, pueda delante o detrás de cualquier persona, sociedad o concurrencia y aun en la calle misma, expeler sus ventosidades". Por estos "derechos" pagó el escritor 399 pesetas y 75 céntimos, según se lee en el documento original que se expone en el Centro Insular de Cultura de la capital grancanaria hasta el día 30 de septiembre.

Milagroso crecepelo

Un folleto publicitario de un milagroso crecepelo denominado Edward, que no sólo evita la caída del cabello sino que además previene contra las canas; una postal de "la sociedad humanitaria de solteros", o una credencial de masón son algunos de los elementos que se muestran en el apartado Timbremanía de la exposición. Sirven no sólo para conocer un poco más de la vida de un escritor que fue además diputado a Cortes y miembro de la Real Academia Española sino también de la época que le tocó vivir. Así, se sabe que el 15 de mayo de 1888, a las tres de la tarde, Pérez Galdós tuvo que vestirse de rigurosa etiqueta para asistir a la inauguración de la Exposición Universal Española. Galdós guardó entre sus tesoros la invitación que para este acto le envió la reina regente.No falta un mapa de trenes de Chicago; una colección de postales de Hamburgo; el menú que degustó el novelista el 13 de septiembre de 1888 en el Gran Hotel de Italia o un plano del París monumental. Pérez Galdós guardó cuidadosamente en alguno de sus cajones ejemplares del Periódico de las damas, de El Arte del Teatro y de revistas de ocultismo, entre otras variopintas publicaciones.

La mayor parte de estos papeles, postales, folletos, recuerdos de viajes e ilustraciones de algunas de las primeras ediciones de sus obras procede de los fondos de la casa natal del novelista, adquirida por el Cabildo Insular de Gran Canaria hace más de 30 años.

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