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Respaldo general de los médicos británicos a los doctores que no operaron al fumador

El 'caso Elphick' revela la discriminación sanitaria de obesos, ancianos y bebedores

Enric González

Los médicos británicos respaldaron ayer mayoritariamente a los cardiólogos del Wythenshawe Hospital de Manchester, que se negaron a operar a un paciente porser fumador. El paciente, Harry Elphick, de 47 años, murió el viernes mientras esperaba tratamiento. La Asociación de Médicos Británicos y la Sociedad de Cardiología señalaron que Colin Bray, el doctorque discriminó a Elphick, actuó correctamente. El caso Elphick ha descubierto que la sociedad Social británica practica una discriminación sistemática contra fumadores, ancianos, bebedores y obesos.

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Colin Bray, el cardiólogo en el centro de la polémica, afirmó que no se había negado a Elphick el by pass que necesitaba. Sólo se había retrasado la operación, para que el paciente dejara de fumar y su organismo tuviera tiempo de eliminar los síntomas de tabaquismo. "Dejar de fumar reduce el riesgo cardíaco en mayor medida que cualquier otra cosa, incluyendo la cirugía", dijo Bray. "No se trata de una cuestión moral, sino de puro pragmatismo", agregó. La viuda de Elphic , Pat, que contempla la posibilidad de querellarse contra la Seguridad Social, afirmó que sí se trataba de una cuestión moral: "De haber podido pagar la operación en una clínica privada, mi marido estaría vivo,,, manifestó.Las estadísticas señalan que en torno al 80% de las operaciones para colocar un by pass tienen éxito. El porcentaje se reduce al 67% cuando los clientes son fumadores. "La diferencia en las probabilidades de éxito no es lo bastante significativa como para justificar una discriminación generalizada contra los fumadores", manifestó el cardiólogo Graham Jackson, director de la Revista Británica de Práctica Clínica y uno de los pocos médicos que criticaron a sus colegas de Manchester y, en general, la política discriminatoria en la sanidad pública.

El doctor Richard Nicholson, director del Boletín de Etica Médica, respaldó la discriminación. "Los médicos no quieren operar a los fumadores porque éstos corren mayor riesgo de morir en el quirófano, tienen más probabilidades que los no fumadores de requerir respiración asistida tras la operación y, con frecuencia, necesitan una segunda intervención", señaló Nicholson, en un artículo publicado en el diario The Times. "Someterle a las pruebas necesarias y operarle sobre la marcha, sin esperar a que se desintoxicara del tabaquismo durante seis semanas, hubiera puesto (a Harry Elphick) en un riesgo mayor que el de la espera", añadió Nicholson.

Tras los argumentos clínicos, la realidad económica. Los hospitales de la Seguridad Social tienen, en el Reino Unido, un presupuesto limitado. Sobrepasar el presupuesto implica un serio peligro de cierre, ya que el Ministerio de Salud está reduciendo drásticamente el número de camas hospitalarias y favorece a los centros más austeros en el gasto. El by pass que necesitaba Elphick hubiera costado unas 6.000 libras (más de 1,2 millones de pesetas), y los médicos pensaron que era más sensato invertir ese dinero en un paciente con mayor expectativa de vida. "La salud está sometida a racionamiento", señaló en un editorial el diario The Guardian, "y hay que elogiar la honestidad de los médicos al reconocerlo".

Trasplantes

El mismo periódico afirmaba ayer que los fumadores, los bebedores, los obesos y los ancianos eran sistemáticamente discriminados en la Seguridad Social, desde hacía al menos una década. La discriminación fue confirmada por numerosos doctores. Un cirujano señaló que no era razonable trasplantar el hígado a un alcohólico, "sabiendo que los órganos disponibles son muy escasos y que, en el caso de los bebedores, las posibilidades de éxito a medio plazo son escasas". El mismo argumento servía para negar trasplantes a los mayores de 60 años o a los enfermos muy obesos. Un portavoz del Wythenshawe Hospital de Manchester admitió que la discriminación contra los fumadores venía siendo aplicada desde hacía "20 o 25 años".

El Ministerio de Salud prefiere mantenerse al margen de la polémica, afirmando que respalda la autonomía de los médicos a la hora de tomar decisiones clínicas. El portavoz de la oposición laborista para sanidad, David Blunkett, subrayó el cinismo que entrañaba la posición gubernamental:. "El Gobierno acepta la discriminación contra los fumadores, pero no prohibe la publicidad del tabaco y, por supuesto, no ve nada malo en el dinero que percibe por los impuestos sobre el tabaco", declaró Blunkett.

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