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Bruselas no quiere modificar el Tratado de Maastricht

La Comisión Europea se aferra al calendario pactado en Maastricht, aunque ayer no hizo comentarios oficiales sobre las palabras de Helmut Kohl. En Bruselas se destaca que una eventual modificación de los calendarios acordados en el Tratado de la Unión requiere la modificación del texto. Y a estas alturas nadie quiere en la Comisión abrir ese melón porque podría despertar las ansias de cambios en otros Estados miembros, interesados quizá no ya en flexibilizar el calendario, sino en modificar eventualmente las condiciones de convergencia, algo que llevaría al tratado, inevitablemente, a una nueva crisis. La modificación del texto requiere la convocatoria de una conferencia gubernamental.El Tratado de Maastricht prevé que la unión monetaria se produzca el 1 de enero de 1997 si siete de los Estados miembro s cumplen para entonces las cinco célebres condiciones de convergencia. Antes del 31 de diciembre de 1996,bl Consejo Europeo deberá decidir, por mayoría cualificada, los siete Estados miembros que cumplen estos criterios, que obligan a cada uno de los Doce a cumplir ciertos requisitos en materia de deuda pública, déficit público, inflación, tipos de interés y estabilidad de la divisa.

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Si en 1997 la mayoría de los países miembros no cumple estos criterios, la unión monetaria no se producirá hasta el 1 de enero de 1999, fecha en la que basta con que dos países cumplan las condiciones de convergencia para sancionar la unión monetaria entre esos Estados. El temor alemán a no poder cumplir esas condiciones al tiempo que otros miembros quizá sí las cumplan es lo que habría impulsado a Kohl a plantear ese retraso de "uno o dos años", a juicio de muchos observadores. Luxemburgo, Holanda, Francia o Dinamarca parecen los Estados en mejores condiciones, hoy por hoy, para cumplir con el calendario previsto.

La Comisión sí se mostró ayer de acuerdo en convocar una cumbre extraordinaria en octubre, pero no para modificar los calendarios, sino para evaluar los progresos realizados en materia de convergencia. El ejecutivo europeo está elaborando un informe sobre esta cuestión, que desea someter antes de finales de año a los Doce para impulsar el proceso de unión, en lugar de ralentizarlo como pretende ahora Kohl.

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