La pesadilla masónica soñada por Franco

La masonería se presenta por primera vez a través de sus símbolos y documentos en una exposición inaugurada ayer en Salamanca, al tiempo que también por primera vez ha quedado abierta al público una logia masónica, montada en función de la concepción que el franquismo tuvo de la masonería. Los fondos del Archivo Histórico Nacional, sección "guerra civil", que radica en Salamanca, se presenta, así, como motivo de investigación, frente a la función represora que cumplieron hasta la llegada de la democracia. La muestra permanecerá abierta a lo largo de todo el mes de junio.

Antonio González Quintana, (director del Archivo Histórico Nacional, ha señalado que lo que diferencia a esta exposición de otras anteriores radica en que "es la más amplia de las hechas hasta ahora sobre símbolos originales masónicos", como consecuencia de contar en Salamanca con el archivo que acoge mandil es collarínes, joyas, malletes, pendones,y otros elementos de la iconografía masónica. "La selección que se ha realizado es muy significativa, con la presencia de los grados con que se trabajaba en el rito escocés y aceptado, y de dignidad y de cargo dentro del taller", ha señalado Blanca de Santes, que organizó, los fondos del Archivo, y que, junto con María José Frades, es comisaria de la exposición.El director del Archivo ha destacado que no se ha buscado tina ambición histórica de la masonería -aunque también se da como elemento de contextualización-, sino que "el centro de la exposición son los símbolos". En ese sentido, también la logia masónica abierta por primera vez "es más un documento de archivo que un museo masónico, ya que está allí obedeciendo a la ideología con la que se organizó, las consignas que seguían quienes la organizaron, la pretensión de la contrapropaganda que la ilumina, y están limpios de la carga antimasónica, represiva, que tuvieron al agruparse en lo que hoy es el Archivo".

La historia

Margarita Vázquez de Parga, directora general de Archivos del Ministerio de Cultura, ha destacado que, "al ofrecer al público una visión de los contenidos del Archivo sobre la masonería, fuera del ámbito de los especialistas, también se convierte definitivamente en testimonio histórico lo que fue motivo de una unidad administrativa dedicada a la represión política". El Archivo de Salamanca cuenta con más de dos millones de fichas, de las que una de las dos secciones más destacadas es precisamente la dedicada a los masones. Esa documentación y materiales fueron fruto del acopio que realizaron los servicios de Franco durante la guerra civil para poner en marcha la represión.La exposición tiene su motivo más destacado en la logia masónica instalada en el Colegio, de San Ambrosio, sede del Archivo, donde se halla una parte de esa muestra, mientras que la iconografía se encuentra en las salas del Museo de Historia de la ciudad. La logia -que ha sido restaurada cuidadosamente- se construyó según el modelo de una que funcionó en Gijón, pero se concibió "como un ejercicio antimasónico", ha señalado Antonio González Quintana, quien ha destacado que por ello aparecen encapuchados, calaveras y otros elementos que pretendían inducir a desprestigiar la masonería. En ese sentido, la logia se pensó como una de las partes del museo que se pretendió montar inicialmente, tras la guerra civil, incardinado en el proyecto de "archivos documentales de la cruzada de España", según idea de Marcelino de Ulibarri, según consta en un documento que también se expone por primera vez.

La logia está configurada por materiales recogidos en varias instalaciones masónicas, y algunos otros fueron construidos directamente, caso de la bóveda y columnas. Precisamente -según Blanca de Santes- una de esas columnas, al hacer el inventario, se advirtió que se hallaba hueca..., y en su interior aparecieron 400 joyas masónicas, además de troqueles, sellos y malletes.

Algunos de los elementos de la logia están dispuestos de modo que acentúen un sentido tétrico de la masonería, como ocurre con la "cámara de reflexión" de los neófitos, que aparece prácticamente como una celda de tortura. Según el director del Archivo, el de Salamanca es "el único archivo del mundo con una concentración tan fuerte de documentación de logia y también el único museo que tiene como finalidad una pretensión represora".

En el mismo museo figuran también unos paneles que ilustran sobre el procedimiento que utilizó el franquismo para la recogida de documentos masónicos, con la muestra por primera vez de textos originales, tales como los referidos a la configuración de lo que fue la sesión represiva, el libro de entradas y salidas de camiones con material y documentación, el original de una Historia de la masonería a través de sus documentos, que se ignora por qué no se publicó; también se muestra, como ejemplo del procedimiento represor que se seguía, el expediente de Lluís Companys.