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El año 'gay' en Estados Unidos revoluciona el mundo de la cultura

Una obra teatral sobre la homosexualidad y el sida barre en la temporada de Broadway

Estados Unidos celebra el año gay. La misma homosexualidad que se puso de largo en la millonaria manifestación de Washington, empieza a situarse en la vanguardia de la reivindicación que ocuparon en el pasado los negros y las mujeres norteamericanas. El mundo de la cultura vive una revolución. Los libros sobre el mundo homosexual empiezan a ocupar su lugar entre los best sellers, el mundo del disco promociona la homosexualidad de cantantes como K. D. Lang, y Broadway estrena Angels in America, una obra que retrata este fin de milenio, de sida, culpa y desengaño.

Este año las estadísticas estadounidenses han reducido al 1% el número de homosexuales en Estados Unidos, en lugar del 10% que apuntaba el informe Kinsey en 1948. Sin embargo, parece que la sociedad está lista para empezar a asimilar una nueva minoría.Angels in America: una fantasía gay sobre temas nacionales es la primera obra de teatro sobre homosexuales que se estrena en Broadway y el primer instrumento con que este movimiento está entrando en la cultura de masas. Después de ganar el Premio Pulitzer de Teatro y estar seleccionada para cinco premios Tony (los oscars de Broadway) las entradas para la obra de tres horas y media de duración están vendidas con semanas de antelación. Angels in America es un aterrador e irónico retrato de las otras enfermedades, que, al margen del sida, afectan a la sociedad norteamericana: el racismo, la intransigencia religiosa, la incomprensión y la, corrupción en la política.

La obra, situada en la era Reagan, retrata tres historias entrelazadas por sueños: el abandono de un enfermo de sida por su compañero, que huye y le traiciona porque no soporta el olor de la enfermedad que está destruyendo a su amante; la locura de una mujer, adicta al Valium, que descubre la homosexualidad de su marido, y la espantosa muerte a causa del sida de Roy Cohn, un poderoso abogado neoyorquino. Este último personaje, interpretado por Ron Leibman, relata la terrible contradicción que vive un homosexual que acentúa sus características heterosexuales para poder seguir manejando los hilos del poder.

Roy Cohn, un colaborador de McCarthy con altas conexiones en Washington, que falleció de sida en 1986, es el centro de la obra y el personaje más histriónico y cruel. Cohn, que maneja sus influencias políticas con la facilidad de un maestro, se revuelve iracundo contra su médico cuando descubre que tiene sida. El abogado asegura que él no es un homosexual, "sino un heterosexual que se acuesta con hombres". "Los homosexuales son hombres que no conocen a nadie y a quien nadie conoce. Su influencia es igual a cero. ¿Te parezco yo uno de ellos?", dice soberbio el abogado cuando sabe que está infectado.

El autor de la obra, Tony Kusher (un homosexual declarado que afirma que sería una mala persona si pretendiera hacerse el macho), no se puede quejar de la acogida del poder de Broadway a su obra. Los dueños del teatro Walter Kerr, uno de los más prestigiosos del mundo teatral neoyorquino, contrataron al mejor equipo para asegurarse la entrada por la puerta grande del primer drama claramente homosexual de los noventa y pico años de historia de Broadway. Angels in America, que ya había sido estrenada en Londres y Los Ángeles, es uno de los espectáculos favoritos de Manhattan.

Angels in America plasma por primera vez una visión puramente homosexual de la vida, pero la subjetividad del relato no margina a la audiencia heterosexual, que descubre puntos comunes de conflicto en la obra. Quizá por ello, la obra de Tony Kushner ha obtenido la atención de programas tan de clase media como el Today show, de las revistas de información general como el Time y el Newsweek, además del reconocimiento de la crítica especializada. El exigente crítico de teatro del The New York Times, Frank Rice, ha recomendado a sus lectores que no piensen "ni por un solo minuto" en perderse Angels in America. El ambiente está suficientemente caldeado para cuando en octubre se estrene la segunda parte.

Tras el furor despertado por la historia de amor equívoco de la película británica The crying game, en Nueva York la máxima atracción del mundo del espectáculo, se llama Angels in America.

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