La discreta calidad de España
España, que se sitúa en el puesto número 23 de desarrollo mundial, inmediatamente después de Irlanda e Italia y antes de Hong Kong y Grecia, y el 15 entre los países europeos, registra una esperanza de vida de 77 años y un 3% de analfabetismo en adultos.Ocupa, sin embargo, el tercer lugar entre los países industrializados en reservas de divisas (año 1990), después de Suiza y Portugal, y ha registrado un incremento calificado de espectacular desde la implantación de la democracia. En 1976, la renta per cápita era de 2.701 dólares, mientras que en 1990 los ingresos medios por habitante eran de 11.723 dólares.
En el balance económico y social negativo de España figura su alto índice de desempleo -el 16% de los 23 primeros países- El paro afecta especialmente a los jóvenes (el 31%), y las mujeres tan sólo constituyen el 27% de la población trabajadora.
La salud de los españoles ha mejorado, al tiempo que los gastos en salud se han triplicado desde 1960, pasando del 2,3% al 6,4% del presupuesto en 1990. Por el contrario, los gastos militares han descendido del 2,9% al 2,1%.
España tiene un médico por cada 360 habitantes y 36 científicos y técnicos por cada 1.000 habitantes, y registra un índice de siete suicidios por cada 100.000 habitantes. Además, 12 de cada 100.000 mujeres entre 15 y 59 años denuncian una violación. El 20% del total de la población reclusa son jóvenes.
En relación con los considerados bienes materiales que refuerzan el nivel de vida de la población, en España se da por seguro que existen al menos 396 televisores por cada 1.000 habitantes, 306 aparatos de radio, 396 teléfonos y 294 automóviles.
La compra de periódicos en 1990 no superaba los 82 ejemplares por cada 1.000 habitantes, lo que le situaba por debajo del nivel de desarrollo. Las anteriores cifras dan a España un puesto por debajo de la media de los países industrializados.
