Desde Wifredo 'el Velloso' hasta la delegación de Hacienda
El Archivo General de la Corona de Aragón está considerado el fondo documental más importante de Europa después de los registros vaticanos. Contiene literalmente millones de documentos, algunos de incalculable valor, ordenados hasta fecha reciente en unos nueve kilómetros de estantes en el palacio de los Virreyes de Barcelona. El documento más antiguo data del año 844 y se refiere a la venta de una casa, en el valle de Brocá, al conde Guifré I de Barcelona, conocido como Guifré el Pelós (Wifredo el Velloso). El archivo, especializado en historia medieval, contiene también documentación reciente, como la recibida en 1962 de la Delegación Provincial de Hacienda de Barcelona.El Archivo de la Corona de Aragón nació como depósito documental de la antigua cancillería real. de Cataluña-Aragón en 1318. Los reyes Jaume II y Pere III fueron quienes más contribuyeron al crecimiento del archivo, con la aportación de numerosos documentos que reflejan la vida política y cultural del siglo XIV. El archivo está considerado como uno de los más ricos del mundo sobre la Edad Media e indispensable para conocer la historia medieval del Mediterráneo y de los reinos que integraron la Corona de Aragón.Nuevo edificio
Los arquitectos Roser Amadó y Lluís Domenech han proyectado para la nueva sede del archivo un edificio que en su forma externa ya muestra la función para la que ha sido diseñado. Está dividido, por cuestiones funcionales, en dos cuerpos que presentan diferente tratamiento tecnológico y arquitectónico: uno, de forma rectangular y recubierto con placas de aluminio, se dedica al depósito de los documentos y cuenta con cuatro niveles idénticos de tres módulos de archivo cada uno, con capacidad para 14 kilómetros de estanterías convencionales; el otro bloque, también de cuatro plantas, tiene forma triangular y acoge oficinas, laboratorios y talleres de restauración, la zona de lectura para investigadores -que triplica los puestos de lectura de la anterior sede- y las salas de maquinaria e infraestructura.
"Las ventajas sustanciales son la mejora de las condiciones de trabajo de los investigadores, que en los últimos 15 años han aumentado de forma importante, y en la conservación de los documentos, que ahora tendrán las condiciones óptimas de humedad y temperatura de una forma que, además, podremos regular", explica Rafael Conde, director del archivo.
Babelia
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