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La terapia genética avanzara despacio, segun Watson

La terapia genética -tratamiento de enfermedades hereditarias por manipulación de los genes- avanzará lentamente, según los 300 científicos reunidos esta semana en París para celebrar los 40 años del descubrimiento de la estructura del ADN. Watson, autor del hallazgo con Crick, compartió el vaticinio. Sin embargo, avanzan más rápido de lo previsto los mapas del genoma humano y preocupan los aspectos éticos y legales de las técnicas genéticas. Figuras históricas de la biología molecular como Max Perutz y François Jacob estuvieron en París.

James Watson cumple hoy 65 años, a los 40 justos de publicar, junto a Francis Crick, en la revista Nature su histórico artículo sobre la estructura de doble hélice del ADN. Está a punto de dejar de ser director del Cold Spring Harbor Laboratory (EE UU), tras 25 años en el puesto. En la noche del viernes, en su charla final, Watson volvió a demostrar que no tiene pelos en la lengua y que prefiere pisar antes de que le pisen. Señaló que la genética se encuentra en la sexta fase de su desarrollo, la de estudiar los 100.000 genes y conocer su función en el ser humano. A esta fase seguirá la generalización de las pruebas de diagnóstico prenatal de las enfermedades hereditarias, que debieran permitir, en su opinión, erradicarlas realizando el aborto en los casos positivos, y luego la terapia de estas enfermedades, que tardará en generalizarse y "no servirá para todas".Watson no se mostró absolutamente opuesto a la modificación genética de las células que se transmiten a los descendientes (espermatozoides y óvulos), algo que todavía nadie se ha atrevido a hacer, "si de ello dependiera el futuro de la raza humana, para hacerla resistente a los virus o el cáncer".

Los mapas del genoma

El premio Nobel elogió profusamente a los científicos franceses que han hecho avanzar espectacularmente en los últimos meses la elaboración de mapas del genoma humano (Jean Dausset, Daniel Cohen y Jean Weissenbach, allí presentes) y desmintió a la revista Science por un artículo -"es biomierda", dijo- en el que se señalan diferencias entre franceses y estadounidenses. Sin embargo, en los pasillos se ponían en duda los mapas de cromosomas obtenidos con la técnica utilizada por Daniel Cohen, los cromosomas artificiales de levadura (YAC). El organizador de la reunión, Giorgio Bernardi, fue el único que se refirió a esta polémica científica, para señalar que en pocos meses se podrá confirmar el grado de exactitud de los resultados.Watson también se extrañó de que no se esté celebrando este año el 200 aniversario de las técnicas de ADN recombinante. "A sus descubridores todavía no les han perdonado el éxito, igual que pasó durante muchos años con nosotros", afirmó. En el aspecto social se mostró contrario a las patentes y excesivo secretismo, y a leyes como las alemanas, que frenan la experimentación genética. "Necesitamos educar a la gente para que sepa cómo funciona la naturaleza y necesitamos leyes, pero para proteger la intimidad genética de las personas", afirmó.

Uno de los pioneros de la terapia genética, Michael Blaese, de EE UU, dio. una nota optimista al mostrar lo logrado en dos niños con inmunodeficiencia severa congénita a los que se trata insertándoles periódicamente genes que producen la enzima ADA que les falta. Blaese reconoció que el proceso no ha sido nada fácil hasta que han conseguido afinar las técnicas para lograr la curación de los niños, pero que al final lo han logrado.

Patentes, no

Norton Zinder, otro histórico de la biología molecular, descubridor de la transducción genética en bacterias, se mostró muy preocupado por los intentos realizados en Estados Unidos de patentar genes, que comparó a intentar patentar la situación de las estrellas o las características de las partículas elementales. "De repente nos dimos cuenta de que los científicos no controlábamos la situación", dijo, e ironizó sobre la dificil adecuación de las leyes a los avances científicos a propósito del laberinto jurídico que ha recorrido el oncorratón (ratón modificado genéticamente para desarrollar tumores) en la Oficina Europea de Patentes, donde se llegó a estudiar su moralidad. Como otros asistentes, incluido Watson, elogió la postura francesa de renunciar a las patentes.Para el director general de la Unesco, Federico Mayor, que clausuró la reunión, los aspectos éticos de la aplicación de técnicas genéticas y la protección legal del genoma humano como patrimonio de la humanidad son los dos problemas más acuciantes. Al mismo tiempo, la Unesco quiere subrayar la ese de su nombre, correspondiente a la ciencia (science, en inglés), y centrar su labor en conseguir que se comparta más el conocimiento científico con el Tercer Mundo. "Para que haya ciencia aplicada tiene que haber ciencia que aplicar", concluyó Mayor, recordando una frase de un profesor argentino.

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