Un rayo de esperanza

El impacto que ha tenido el estudio publicado en The Lancet es una muestra clara de la necesidad urgente de disponer de un arma eficaz que frene a la malaria. Investigadores de todo el mundo se han pronunciado al respecto, pero, tras las expectativas despertadas, la OMS se ha apresurado a decir que la vacuna antipalúdica no será una realidad hasta pasados "varios años". Para señal, al tiempo que hay que esperar a conocer los resultados del estudio que se está desarrollando en Tanzania para comprobar si la SPf66 se comporta con la misma eficacia y seguridad en África que en Latinoamérica. No obstante, Howard Engers, responsable del programa sobre malaria de esta institución, ha admitido que el logro de Patarroyo es un éxito y un buen comienzo para seguir probando su vacuna.En este sentido, Manuel Carlos López considera que el ensayo publicado ahora ha sido mucho más aceptado que los anteriores "por ser el primero en realizarse siguiendo la ortodoxia de los países con más tradición en investigación biomédica". Y, en declaraciones a la agencia France Presse, Luiz Perreira da Silva, jefe de la unidad de parasitología experimental del Instituto Pasteur de París, afirmaba que la vacuna de Manuel Patarroyo "representa ciertamente un paso adelante y un rayo de esperanza, pero es demasiado pronto para cantar victoria".

Más entusiasta se expresaba Geoffrey A. T. Targett, jefe del departamento de parasitología de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres. En un amplio reportaje sobre el paludismo y las investigaciones de Patarroyo, publicado en The New York. Times el pasado marzo, Targett decía que el investigador colombiano ha dado un gran paso: "Patarroyo es el mejor. Ahora la gran prueba será trabajar con la vacuna en África, donde la malaria presenta los más grandes desafíos". Por otra parte, el Instituto Walter Reed, de Washington, va a probar próximamente en Tailandia una vacuna antipalúdica similar a la SPf66.