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Los telescopios espaciales de rayos X entran en los secretos de la última supernova

Una nueva cámara de rayos X estadounidense en un satélite japonés lanzado en febrero ha llegado justo a tiempo de estudiar la estrella supernova SN1993J, descubierta recientemente por un astrónomo aficionado español. En esta rara ocasión, los científicos pueden ver desde el principio qué pasa dentro de una explosión estelar.

"Estamos captando una fuente increíblemente potente de rayos X en esta supernova. Para producirla, tiene que ser muy, muy caliente", ha declarado el investigador George R. Ricker, del Instituto de Tecnología de Massachusetts (EE UU), jefe del equipo de la nueva cámara de rayos X que llegó al espacio el pasado febrero a bordo del satélite japonés Asca, informa The New York Times. Este observatorio ha sido apuntado hacia la galaxia M81, a 12 millones de años luz de distancia de la Tierra, para observar la explosión estelar descubierta allí el pasado 28 de marzo.Por su excepcional brillo y proximidad, la SN1993J es la supernova con mejores condiciones de observación en el hemisferio norte desde 1937, han afirmado ya los científicos, que en raras ocasiones tienen una oportunidad tan buena de estudiar en el cielo estos fenómenos cósmicos. Además, esta supernova tiene una especial característica de enorme interés porque, a diferencia de la explosión estelar SN1987A, que produjo a 160.000 años luz en la bóveda meridional del cielo, la supernova de M81 está emitiendo rayos X desde el primer momento.

En la SN1987A, las colosales masas de materia a su alrededor bloquearon completamente los rayos X emitidos en su interior hasta pasados varios meses. Los astrónomos sabían que dentro de esta cortina opaca había procesos estelares importantes, pero no pudieron detectarlos.

A través de la materia

Inmediatamente después de la explosión de SN1993J, otro satélite, el alemán Rosat, detectó rayos X procedente de la supernova: en esta ocasión, esa radiación penetra a través de la capa de materia y está llegando a los observatorios. La potente cámara diseñada en el MIT lleva un nuevo detector muy sensible capaz de medir la energía en un espectro completo de frecuencias de rayos X e identificar frecuencias específicas asociadas a elementos químicos.A partir de las emisiones detectadas con la cámara, el grupo de Ricker ha llegado a la conclusión de que la fuente principal de rayos X en SN1993J es una región de gas atrapada en las ondas de choque producidas por la explosión de una estrella gigante cuando había consumido todo su combustible termonuclear y fue incapaz de contrarrestar el peso de su propia gravedad.

Las ondas de la explosión, al chocar contra la materia expulsada al espacio previamente por la estrella, calentaron el gas estelar hasta temperaturas tan altas que emite intensos rayos X. Esta radiación proporciona a los astrofísicos gran cantidad de información sobre la dinámica de la supernova, ha explicado Ricker. Además de indicar la composición química, los rayos X detectados muestran las irregularidades en las ondas de choque de la explosión, la forma e intensidad del campo magnético de la estrella y otros detalles muy importantes.

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