El nuevo Gobierno francés insiste en rechazar el acuerdo agricola alcanzado entre la CE y EE UU
Uno de los principales atractivos del Consejo de Ministros doble (Asuntos Exteriores y Mercado Interior) celebrado ayer en la sede luxemburguesa de la CE lo proporcionó el nuevo equipo de ministros franceses, en su primera salida de París. El ministro de Exteriores, Alain Juppé; el de Asuntos Europeos, Alain Lamassoure, y el de Comercio Exterior, Gérard Longuet, comparecieron juntos en rueda de prensa para ratificar la resistencia de Francia al acuerdo agrario alcanzado entre la CE y Estados Unidos. El embajador comunitario ante el GATT declaró ayer en Barcelona que la CE está dispuesta a reducir las ventajas de las empresas europeas frente a las estadounidenses para acceder a los contratos públicos en la CE.
El tono ligeramente combativo de los ministros franceses, favorables todos al Tratado de Maastricht, no produjo especiales impresiones a sus colegas europeos, que, por el momento, quieren dar un respiro al nuevo Gobierno. Juppé programó el fin de su primera jornada europea con un viaje en avión hasta Bonn en compañía de su colega Klaus Kinkel, donde tenía prevista su primera cena de trabajo en el eje francoalemán.
Viaje a Alemania
Alemania, como país exportador, es quien tiene más prisa en obtener un acuerdo en la Ronda Uruguay del GATT para la liberalización del comercio mundial, que considera imprescindible para reactivar su economía. Es el país que más está presionando a Francia para que ponga su firma sobre el acuerdo agrario.Juppé mostró los dientes a la Comisión Europea, tal como viene previéndose desde las declaraciones hostiles al presidente de la Comisión, Jacques Delors, efectuadas por el jefe de fila del neogaullismo, Jacques Chirac. El nuevo ministro no quiso dar por bueno el informe de la Comisión que declara compatibles el acuerdo agrario con Estados Unidos y la nueva Política Agrícola Común (PAC).
Añadió, además, que toda la negociación agraria y comercial "es un asunto que lleva mal camino". "A pesar de las declaraciones del anterior gobierno no ha habido un frenazo", aseguró, para concluir "que el Gobierno francés desea poner todos los elementos de este problema de nuevo encima de mesa". No quiso especificar si hasta el punto de exigir la revisión de la PAC aprobada el pasado mes de mayo.
El ministro de Exteriores dio las gracias a la presidencia danesa por haber evitado poner en el orden del día del Consejo la votación del acuerdo agrario, que llevaría a Francia a rendirse ante la mayoría cualificada que podría producirse en su contra o bien a invocar un derecho de veto ante un problema de interés nacional, cuestión que abriría una crisis de consecuencias incalculables en la CE. "Estamos decididos a defender la agricultura francesa", aseguró. Y añadió: "Es uno de los pilares de la riqueza de Francia. Pero es también un problema de civilización que afecta al propio futuro del espacio francés".
El ministro de Comercio Exterior, Gérard Longuet, marcó también las distancias con la Comisión: "He tenido que explicar la posición del Gobierno sobre el papel de la Comisión. Estamos satisfechos en lo que se refiere al caso Airbus y al transporte aéreo. Nos hemos alegrado de las intenciones enérgicas del comisario [de Comercio Exterior] Leon Brittan sobre mercados públicos. En cambio, nos parecen preocupantes las discusiones entre Mickey Kantor [el representante de Estados, Unidos para el Comercio Exterior] y Brittan sobre el acero. Hemos manifestado la resolución de Francia de que el problema siderúrgico sea considerado con mayor gravedad por el comisario".
Aceptar variaciones
En Barcelona, el embajador de la CE ante el GATT, Tran van Tinh, aseguraba ayer por la tarde que la CE está dispuesta a "aceptar variaciones" en la directiva que da una preferencia del 3% a sus empresas de comunicaciones, transporte y energía en los mercados públicos comunitarios, como ha exigido Estados Unidos. Van Tinh dio a entender, implícitamente, que esta ventaja no es lógica.El representante de la CE en el GATT rehusó concretar en qué medida se modificarán las ventajas de las empresas comunitarias, aunque agregó: "El asunto no es tan importante, están en juego 50 millones de dólares al año" (unos 6.000 millones de pesetas). El negociador norteamericano en el GATT dio hace unos días de plazo hasta el 20 de este mes para que la CE levante esta directiva y amenazó con sancionar las importaciones europeas. El embajador comercial de la CE defendió el acuerdo agrícola firmado.en noviembre. Negó la necesidad de modificarlo.
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