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Reportaje:LA CRISIS EN LA MODA

Las cifras cantan

Rocío García

Los diseñadores de moda están en su mejor momento creativo. Cuando la recesión económica hace estragos en todos los campos, incluido el de la moda, estos diseñadores, tanto españoles como extranjeros, reconocen que es en época de crisis cuando ellos se encuentran mejor a sí mismos. Su creatividad se afianza por la necesidad de sorprender y ofrecer cosas nuevas. Se apaga el entusiasmo por lo espectacular y los diseños se formalizan y se hacen puros y limpios. Y para no desentonar, se anuncia el declive de las grandes estrellas top models, que se han llegado a convertir en las únicas protagonistas de las pasarelas y arrebatar así la atención sobre los diseños.La entrada de España en la CE en 1986 marcó en el sector del vestir español un cambio importante. Según el Centro de Información Textil y de la Confección -organismo patrocinado por el Ministerio de Industria y el Consejo Intertextil-, desde 1986 hasta el año pasado se ha producido un incremento muy importante en las importaciones, que abarcaban desde los productos más lujosos, procedentes de Francia e Italia, hasta el baratillo que viene de China o Hong Kong. Este importante crecimiento del gasto en el sector del vestir ha beneficiado casi exclusivamente a las importaciones, sin beneficiar a las empresas textiles nacionales. Las cifras cantan. En 1986, el consumo del sector textil en España alcanzó 897.000 millones de pesetas, cantidad que se elevó en 1992 a 1.417.000 millones. Durante este periodo, las importaciones experimentaron una evolución de un 827% -en 1986 las importaciones fueron de 32.000 millones de pesetas, y en 1992 rozaron los 300.000 millones-. Por el contrario, las exportaciones sólo aumentaron un 21 % en el mismo periodo -los 53.000 millones de pesetas de 1986 ascendieron a 64.000 millones en el 92-.Falta de simbiosis

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La invasión del mercado textil exterior y el poco empuje del nacional se deben a la "falta de simbiosis", según Cuca Pérez Pita, presidenta del Comité de Moda de Madrid, entre la industria y los diseñadores. Jesús del Pozo es mucho más tajante: "El problema de la moda en España es que nunca se había competido a niveles internacionales. Las mediocres industrias nacionales de confección hacían lo que querían. Ahora tenemos competencia y no estamos preparados para ello. El diseño ha cubierto las expectativas más optimistas; pero no sólo no tenemos industrias preparadas, sino tampoco industriales".

Esta misma opinión es compartida por Victorio y Lucchino. "Nuestro país ha sido siempre rico en creatividad", dicen, "pero pareo a la hora de industrializar nuestras ideas. Éste es un esfuerzo que no corresponde a los diseñadores, que ya han creado una imagen de nuestro país en este fenómeno que es la moda, sino al Estado y las grandes empresas, que hasta ahora no han hecho el esfuerzo necesario". Nacho Ruiz dice que España ha elevado sus costes a nivel europeo, sin ofrecer la calidad que dan otros mercados. "No podemos subirnos a la parra", dice Ruiz, "tenemos a nuestra disposición cualquier mercado internacional, pero debemos ofrecer un nivel de calidadprecio adecuado".

Toni Miró es más cauto y cree que el diseñador, sustituto del creador de alta costura, tiene que autoproducirse.

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