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El español Santiago Calatrava inaugura una muestra sobre su obra en Nueva York

El ingeniero defendió la arquitectura pública durante su presentación en el MOMA

Soledad Gallego-Díaz

En la ciudad más famosa del mundo por su moderna arquitectura, pero también una ciudad en la que los más bellos edificios se han financiado siempre con dinero privado, el arquitecto e ingeniero español Santiago Calatrava hizo ayer una apasionada defensa de la obra pública realizada no sólo con criterios funcionales y económicos, sino también con criterios estéticos. Una idea que comparten los responsables del Museo de Arte Moderno (MOMA) de Nueva York, que han elegido la obra de Calatrava para inaugurar una serie de exposiciones titulada Umbrales.

Cuando Santiago Calatrava (Valencia, 1951) quiso recordar, en el acto inaugural de su exposición, grandes obras públicas realizadas en Nueva York, sólo le vinieron a la cabeza dos: el puente de Brooklyn ("ante el que me emociono", dijo) y el Central Park, "auténtico paradigma de lo que debe ser un parque urbano, capaz de identificar una ciudad y de estar presente continuamente en la vida de sus habitantes. Son dos obras, sin embargo, construidas hace más de un siglo".La última década no se ha distinguido, precisamente, por la incorporación de grandes obras públicas al perfil urbano de Estados Unidos. La época de Reagan-Bush fue una época de recorte del gasto supuestamente superfluo, como recordaban los responsables del MOMA.

Una atmósfera distinta

Da la impresión de que los rectores del museo han sido tocados también por la atmósfera de cambio que vive el país desde que llegó a la Casa Blanca el joven Bill Clinton y que quieren aportar su grano de arena a ese clima de renovación. Para ello han decidido importar de Europa y otras zonas del mundo a los más jóvenes y representativos arquitectos y diseñadores empeñados en la mejora y dignificación de los espacios públicos, ya sean puentes o estaciones, o mobiliario urbano, farolas, bancos, o carteles.El trabajo de Santiago Calatrava, conocido y apreciado en toda Europa, ha sido poco publicitado en Estados Unidos, por mucho que la revista Time considerara una de sus obras (un espacio público en forma de galería, terminado el año pasado en Toronto, Canadá) como uno de los símbolos de la época. De hecho, Calatrava sólo tiene en marcha en Estados Unidos un proyecto, la reforma de la catedral de Saint John the Divine, cerca de la avenida de Amsterdam, en Nueva York, todavía en fase de maqueta.

Terence Ridley, director del Departamento de Arquitectura y Diseño del Museo de Arte Moderno, y Matilda McQuaid, organizadora de la exposición, afirman, sin embargo, que han seguido su obra desde hace años. A ambos les llamó especialmente la atención. que en una época en la que la arquitectura está cada vez más especializada, el arquitecto español combinara esa disciplina con la ingeniería.

La exposición, financiada gracias al patrocinio de la Generalitat de Valencia, de donde Calatrava es natural y donde tiene en marcha un ambicioso proyecto para la construcción de un museo de las ciencias, un planetario y una torre de comunicaciones, recoge 11 maquetas, 16 dibujos y 20 paneles de fotos. Todos ellos, elegidos por los organizadores de la muestra. Entre ellos se encuentran el Puente del Alamillo y el viaducto de La Cartuja, de Sevilla, o la estación de trenes de Zurich, la francesa de Lyon y el proyecto de la estación de Berlín. El título de la exposición es Santiago Calatrava: estructura y expresión.

Lo que realmente más llama la atención a Matilda MCQuaid son los dibujos preparatorios que realiza Calatrava, y que "recuerdan esqueletos, alas o estructuras de complejos animales". "Algunos elementos de sus puentes o estaciones de ferrocarril podrían estar tanto en su contexto urbano como en un museo de ciencias naturales", afirma la organizadora de la exposición.

El arquitecto español subraya permanentemente este aspecto de su obra. En un perfecto inglés (con fuerte acento alemán que revela que vive habitualmente en Zúrich, Suiza), Calatrava analiza sus trabajos comparando siempre determinados aspectos con animales o plantas.

Algo que respira

Incluso la única escultura que se incluye en la exposición (realizada ex profeso para esta muestra y terminada hace 15 días) se presenta como "una máquina para hacer sombras", pero se explica como "algo que respira".Y, efectivamente, la gran estructura móvil de concreto, instalada en un pequeño jardín del museo', junto con esculturas de Rodin o Calder, tiene un aspecto extraordinariamente ligero y se mueve con el ritmo y la fuerza de un pulmón.

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