La energía y Hunosa

1. La energía, factor estratégico para el bienestar. La Energía es hoy la piedra angular para el desarrollo del bienestar y del confort humanos. No existe por definición ninguna mejora en el campo productivo y fabril, del ocio, de la sanidad y seguridad, etcétera, que para su consecución no hayan exigido aportes energéticos significativos, y dada su importancia en las sociedades modernas parece aconsejable, no romper el delicado equilibrio de los abastecimientos energéticos actuales; una suerte de trade-off entre la búsqueda del mínimo precio de mercado (acompañado de hipotéticos riesgos de abastecimientos por el mero hecho de que esas fuentes de energía que se importan no son nuestras) y seguridad de abastecimiento (con un sobreprecio por el hecho de que no podemos ser los mejores en materia de carbón, como tampoco lo somos en la mayor parte de los productos y servicios que actualmente consume la sociedad española).No caben símiles ni comparaciones. En materia energética la experiencia ha verificado que una política de abastecimiento que no pondere la seguridad. del suministro vía autoabastecimiento puede constituir con el paso del tiempo el mayor talón de Aquiles económico de cualquier sociedad moderna.

Estas ideas serían suficientes para eliminar cualquier tentación liquidacionista de la actividad carbonera de España, mucho más si la estrategia de seguridad de suministro va acompañada de la conciencia de que es necesario mejorar la gestión de la empresa pública carbonera Hunosa, porque puede garantizarse el suministro con unas ayudas públicas bastante menores que las que actualmente recibe la empresa.

Aumento de productividad

Es bien sabido que Hunosa ha atravesado por un proceso de concentración y selección de los yacimientos, con un notable ajuste laboral, en cumplimiento de un plan 1991-1993, negociado y firmado por empresa, accionista y sindicatos, y cuyo cumplimiento ha conducido a que en 1992 se haya elevado la productividad en un 16% y se hayan reducido las pérdidas en 3.000 millones de pesetas.

2. El futuro de Hunosa en el marco de la Comunidad Europea. Respecto al futuro, -está cercana la definitiva aprobación por el Consejo de Ministros de la Comunidad Europea de un nuevo código de ayudas -en sustitución de la 2.064 de la CECA- en el que los factores económico-energéticos, sociales y regionales se combinarán previsiblemente en la búsqueda de una mejor adecuación de la industria carbonera comunitaria a las demandas y necesidades de los países comunitarios.

Consecuentemente, queda por el momento la interrogante de cuál va a ser el futuro de Hunosa, en especial bajo una óptica estrictamente empresarial en cuanto a su dimensión, volumen de negocios y productividad. Es tos tres parámetros, vitales para el desenvolvimiento de la empresa, vendrán a ser los pilares sobre los, que previsiblemente se iniciarán negociaciones en un futuro a corto plazo. Por nuestra parte existe la conciencia de que es, perfectamente posible la supervivencia de la empresa y el cumplimiento de un cierto equilibrio entre competitividad y menores ayudas presupuestarias, con seguridad en el suministro y mantenimiento de un nivel de empleo importante.

Con tal finalidad y preparando el futuro, ya se han adoptado algunas decisiones, presididas por la idea de que, en tanto exista Hunosa, su actividad y organización interna y sus relaciones exteriores deben ser exactamente igual que las de cualquier otra unidad productiva: existe ya un proyecto. empresarial cuyo objetivo instrumental es la reducción de pérdidas, con descentralización de las responsabilidades en las diferentes áreas de negocio de la empresa, a fin de reconocer las tareas de cada grupo o área y los puntos fuertes y débiles de la organización. Este hecho, que resulta una obviedad para cualquier empresa, para Hunosa es vital porque no se ha practicado nunca.

En cuanto a segmentos de actividad, el cielo abierto presenta prometedoras expectativas desde el momento que sus costes de extracción son perfectamente competitivos con los internacionales, entendiéndose incluidos en los costes la restauración paisajística.

Lo que ocurra en el inmediato futuro tendrá también una clara influencia en el sector del carbón y, por tanto', en el abastecimiento energético de España. No ha de dudarse de que disponer de carbón propio es una de las pocas suertes que tenemos en materia energética.

Cuando se comenta que el carbón de Hunosa cuesta más de 30.000 pesetas la tonelada, mientras que su precio de venta ronda las 12.000-13.000 pesetas por tonelada, ponderándose la importación de carbones, se olvidan varios hechos, o al menos no se citan expresamente:

- Ha de decirse que si Hunosa no produce esos tres millones de toneladas actuales no tendrían lugar efectivamente las subvenciones públicas, pero importar esos tres millones de toneladas que consumen nuestras centrales térmicas para producir electricidad nos costaría una cifra fortísima en divisas.

Vinculaciones municipales

- Por otro lado, entre los costes de producción de Hunosa, los correspondientes a mano de obra suponen más del 60%, y, además, algunos municipios de Asturias tienen hasta el 75% de su población activa trabajando en la empresa.

- En todo caso, la actividad de la empresa se desarrolla en términos municipales cuya población representa el 23% de la asturiana. En esos municipios, más del 30% de la población activa trabaja en la minería.

La transición hacia una economía regional más diversificada, y los necesarios sacrificios y esfuerzos personales y humanos de los trabajadores, exigen un plazo dilatado, en tanto no existan empresas alternativas y Hunosa encuentre una dimensión más estable.

3. Experiencias europeas. Otros países siguen una política cargada de pragmatismo. Efectivamente, en Europa existen posiciones bien diferenciadas en cuanto a las

áreas energéticas, pero con enfoques comunes en los que prima la seguridad energética.

En cuanto al carbón, tres países, España, Alemania y el Reino Unido, poseen y explotan cantidades significativas.

El Reino Unido ha optado por una opción de libre mercado en el sentido más duro del término: los costes sociales y regionales se han situado en un segundo término, y, significativamente, el Reino Unido prefiere importar carbón a 6.000 pesetas tonelada antes que explotar el propio a 9.000 pesetas. Calificar de duro e insolidario ese liberalismo proviene del hecho de que la diferencia entre esos dos precios implica un coste social a nivel mundial: la destrucción de parte de la Amazonia. El concepto global que de la política energética se está manejando en la actualidad implica incluir los costes de destrucción de partes muy valiosas de nuestro planeta, en particular la ya citada.

Por su parte, Alemania, con una producción en torno a los 80 millones de toneladas, frente a más de 100 del Reino Unido, está optando por una política de mejora de rendimientos, sin perder capacidad de autoabastecimiento y, en consecuencia, constituyéndose en un hecho diferencial, dentro de la política energética propugnada por la Comunidad Europea.

Por su parte, el Plan Energético Nacional español, que tiene como horizonte precisamente el año 2002, propugna las energías renovables, el carbón nacional, la hidraulicidad y el ahorro y eficiencia energética como las fuentes de abastecimiento propias más importantes. Al referirse al carbón nacional hay que pensar que se refiere también al cielo abierto. En definitiva, respecto a Europa, si bajamos la cuota de carbón nacional (igual que si lo hiciéramos con la de hidraulicidad) tendríamos que depender más del petróleo, del carbón de importación o rehabilitar los programas de construcción de centrales nucleares.

Desde el punto de vista de política energética, y considerando el autoabastecimiento como un elemento clave en la definición y garantía del progreso, aparecen claras las ventajas de disponer de una fuente energética nacional.

Referencias europeas

4. La atención a la gestión empresarial como factor clave para la supervivencia. No puede dudarse de que en conjunto el rendimiento de Hunosa está muy por debajo de las productividades de gran parte de la minería europea, de la misma forma que Hunosa acapara sobre el 80% de las ayudas públicas a la minería subterránea. Nos inclinamos hacia el mantenimiento de la seguridad en el suministro, compatible, con una mejora de ese rendimiento y una disminución de las subvenciones, sin afectar ni perentoriamente ni de forma absoluta al empleo.

La experiencia habida desde mi nombramiento, al igual que las acumuladas anteriormente, me permiten un moderado optimismo con vistas al futuro de Hunosa, actitud que se asienta sobre las siguientes bases o principios:

- Aumento de la mecanización de las explotaciones con selección de las de mayor calidad y menor complejidad. Esto debe permitir mejorar los ratios, tanto de producciones brutas como. netas.

- Concentración de explotaciones con el fin de mejorar los ratios productivos/ improductivos y abaratar los costes de servicios.

- Mejora de métodos y operaciones, no sólo de procesos de mecanización, sino de toda la línea de servicios, completando los sistemas de automatización y telecontrol.

- Mejora de los procesos de tratamiento y utilización de los carbones con el fin de optimizar su recuperación energética.

- Impulso a las explotaciones a cielo abierto, siguiendo los criterios marcados en el nuevo PEN y dentro de las limitaciones establecidas por nuestro propio yacimiento, en el que se encuentran unas reservas del orden de 10 millones de toneladas, susceptible de explotación rentable en las actuales condiciones de mercado.

Es previsible que sobre estas bases se fundamente la negociación de lo que será Hunosa en el futuro, desempeñando sin duda un papel fundamental las indicaciones provenientes de la Comunidad Europea.