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El general Morillon, al frente de una columna blindada para entrar en Cerska

MIRJANA TOMIC El general francés Philippe Morillon, comandante en jefe de las fuerzas de paz de la ONU (Unprofor) en Bosnia-Herzegovina, encabeza personalmente un convoy de siete vehículos blindados del batallón británico de cascos azules con la intención de cruzar las líneas serbias y penetrar en el enclave musulmán de Cerska, en Bosnia oriental. Anoche tuvo que detenerse en la zona del enclave bajo control serbio. El general Ratko MIadic, comandante de las tropas serbias en Bosnia, quería vincular el paso de Morrillon con un pacto de intercambio de prisioneros, acuerdo que no fue posible. Así pues, la duración del viaje hacia el enclave asediado depende de la buena voluntad de los soldados serbios en los puntos de control.

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"Tenemos que ir allí para conocer la situación, ayudar a la población y evacuar a los heridos", declaró Morillon en Tuzla, antes de emprender el viaje.

La zona de Cerska fue la primera en donde los aviones norteamericanos arrojaron ayuda humanitaria. La caída de los bultos con alimentos y medicinas coincidió con la ofensiva serbia, encaminada a limpiar la región de población musulmana. Ninguna agencia internacional ha entrado en Cerska. La única vía de comunicación con el mundo exterior son los radioaficionados, que envían mensajes desesperados.

Población civil

Vesna Grubacic, portavoz adjunta del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) en Belgrado, explica que esta organización no dispone de datos precisos sobre dónde está la población civil de la región de Cerska. Puede que se encuentre escondida en las montañas. Tampoco posee datos precisos sobre de la situación en Konjevic Polje, otro enclave en Bosnia oriental, a donde 11 camiones de ACNUR intentan, llegar desde hace tres días para evacuar a los enfermos y heridos.

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Los responsables de las agencias internacionales y del Ejército serbio en Bosnia alcanzaron un acuerdo para la apertura de corredores con el fin de facilitar el movimiento libre de la población musulmana en los enclaves. Las organizaciones internacionales esperan obtener vía libre para entrar en Cerska, Zepa, Gorazde y Srebrenica, y los serbios aspiran a ver completado el éxodo de la población musulmana para completar la limpieza étnica de Bosnia oriental. Sin embargo, después del ataque con granadas cerca del aeropuerto de Sarajevo contra un convoy privado de 16 camiones con ayuda humanitaria, en el que resultaron heridos cuatro conductores, el jefe de las fuerzas militares de los serbios de Bosnia declaró que no permitirá el trásito de convoyes hasta que la ONU y la Cruz Roja garanticen su seguridad. El general MIadic culpó del ataque a las fuerzas bosnias.

Mientras, los aviones norteamericanos realizaron un quinto lanzamiento de 25 toneladas de alimentos y medicinas en la madrugada de ayer en los alrededores de Zepa.

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