Medidas alternativas

Los socialistas confían en convencer "a corto plazo" a la opinión pública (le que las medidas que va a anunciar el próximo martes el jefe del Ejecutivo, Felipe González, servirán de tratamiento de choque para frenar la caída del empleo. Una vez producido ese impacto, el PSOE trabajará en otro bloque de propuestas, que se integrarán en su programa electoral. En primer lugar, destaca "un acuerdo por el crecimiento económico y contra el paro suscrito entre el Gobierno y los agentes sociales, que concierte una política de rentas y de empleo acorde con las necesidades de la sociedad española, restableciendo en primer lugar la competitividad de la empresa española". El Partido Popular (PP), por su parte, se fija como objetivo la lucha contra el paro y el déficit por la vía de la privatización de recursos públicos, por la lucha contra el fraude impositivo y la reducción del gasto público.Las diferencias de propuestas en algunos campos concretos son:

Impuestos. El PP trata de congelarlos inicialmente para reducir luego la presión fiscal cuando la evolución económica lo permita. El PP dice: "El sistema fiscal español penaliza el empleo, vía cotizaciones sociales empresariales muy superiores a la media europea y un impuesto de sociedades arbitrario. La práctica demuestra que un aumento de la recaudación no consigue reducir el déficit del Estado, sino impulsarle a aumentar el gasto. En la reducción de la carga fiscal es preciso discriminar positivamente a la pequeña y mediana empresa, que es la que tiene capacidad demostrada de crear empleo". Los socialistas proponen el impulso del ahorro nacional, un nuevo impuesto de sociedades y la revisión del impuesto de actividades económicas, que está siendo ya revisado al considerar el PSOE que se están cometiendo injusticias.

Gasto público. Los socialistas anuncian "la reducción de gastos consuntivos, del gasto corriente superfluo y de los gastos de defensa". El PP no pretende recortar el gasto en pesetas constantes pero sí reducir su peso en el conjunto. También pretende reducir ministerios y altos cargos, y poner en práctica técnicas modernas de gestión, como los presupuestos base cero, en los que cada partida es revisada y aprobada o rechazada con independencia de lo sucedido en años anteriores.