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González pretende arrebatar la iniciativa al PP contraatacando con propuestas concretas sobre el paro

Luis R. Aizpeolea

El presidente del Gobierno, Felipe González, pretende arrebatar la iniciativa política al Partido Popular (PP) con el debate sobre el paro, previsto para mañana, en el que se contrastarán propulestas concretas. El debate sobre el desempleo, de carácter informativo y realizado a propuesta del Gobierno, será el primer enfrentamiento entre el jefe del Ejecutivo y el presidente del PP, José María Aznar, tras la publicación de la encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) que sitúa al líder de la oposición como auténtica alternativa de poder, a sólo cuatro puntos del presidente del Gobierno.

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Medidas alternativas

El debate se celebrará en un ambiente tenso, con el telón de fondo de la recesión y un goteo de escándalos de corrupción, pero también con los primeros síntomas de reacción del PSOE. La elección del paro para el primer debate importante del año y, el consiguiente aplazamiento del debate sobre el estado de la nación hasta una fecha "en tomo a la Semana Santa" ha sido el primer golpe de efecto de los socialistas en varios meses. Esto ha desorientado al PP, muy crecido tras su XI Congreso y eufórico por las previsiones electorales.González, con este calendario de debates, ha delimitado el campo de juego a su favor. Aznal se presenta mañana a un debate en el que ya no puede limitarse a hacer una crítica generalizada a la mala situación política y económica, y responsabilizar al Gobierno con la facilidad con que lo hubiera hecho en un debate sobre el estado de la nación. El líder de la oposición se va a ver obligado a entrar en un debate más concreto, el del programa del- paro, y a defender las alternativas específicas del PP.

En un debate de esas características, donde lo que prima es la concreción, González, como jefe de Gobierno, lleva ventaja. Sin embargo, en un debate general como el del estado de la nación, el PP, como partido de la oposición, jugaría en campo favorable ante el deterioro de la situación política y económica. En este sentido, el debate de mañana no es sólo una prueba para González, sino también para Aznar.

Discurso de Estado

Además, al ser el paro, con los tres millones de desempleados, la primera preocupación ciudadana, también le permitirá a González hacer un discurso de Estado y un llamamiento a todos los sectores sociales a que se unan para combatirlo por encima de los intereses partidistas.El Gobierno ya ha iniciado la partida con las medidas económicas aprobadas el pasado viernes por el Consejo de Ministros y que dejan escaso margen a la sorpresa. No habrá elecciones anticipadas, y el Gobierno aprovechará el margen de tiempo de que dispone hasta el otoño para tratar de situar la economía en condiciones de poder competir cuando, entrado el año próximo, la coyuntura cambie de signo.

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El programa de González contra el paro va a consistir en el mantenimiento del plan de convergencia contra viento y marea, lo que equivale a una política de austeridad. Su programa se concreta en medidas fiscales, laborales y de inversión pública, adoptadas por el Gobierno el viernes, sin concesiones a la inflación y al déficit, que, en opinión de González, "serían pan para hoy y hambre para mañana". Las medidas económicas no han despertado ningún entusiasmo en los sindicatos ni en el empresariado. Pero González las ha planteado como las únicas posibles.

González también se presenta al debate menos debilitado políticamente que hace sólo una semana. Su llamada a la unidad del partido empieza a tener eco, pese a las discrepancias existentes en torno a la ley de huelga, y el primer gesto importante lo ofreció el viernes en Toledo.

La concentración de alcaldes en la capital castellano-manchega, feudo de los renovadores socialistas del presidente de la comunidad, José Bono, y el secretario general del partido, Juan Pedro Hernández Moltó,. se: convirtió en un acto unitario del PSOE. En Toledo, GonZález reunió en torno suyo, además de renovadores, a algunas de las cabezas más significativas del. aparato socialista, como Francisco Fernández Marugán, Abel Caballero y Elena Flores.

Aznar, por su parte, ha anticipado de manera discreta su estrategia al señalar que el martes no se va a limitar a atacar a González por el problema del paro, pero paralelamente ya ha adelantado que hay que reducir las expectativas del debate.

Mariano Rajoy, vicesecretario general del PP, declaró ayer a Europa Press que el debate no va a arreglar las cosas. "No servirá para nada. Me parece que está levantando demasiada expectación cuando lo que el Gobierno pretende es hacer propaganda y autobombo", añadió.

Luis Gámir, uno de los responsables del programa económico del PP, ha adelantado también su estrategia al señalar que una condición previa a cualquier reactivación económica es de tipo político, informa Victorino Ruiz de Azúa. "Se necesita un Gobierno que genere confianza. El actual tiene poca credibilidad y ha ido perdiendo calidad en su acción de gobierno", asegura el ex ministro de UCD.

"Entre los socialistas hay conflicto sobre el modelo económico entre los que podríamos llamar más liberales y más socialdemócratas, los que creen más en el mercado y los que creen menos. En el PP no hay conflicto ni dudas ni vacilaciones. Apostamos por el mercado como sistema eficiente de asignación de recursos y defendemos el papel relevante de las empresas y de los. empresarios", añadió Gámir.

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