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Blogs / Cultura
El toro, por los cuernos
Por Antonio Lorca
El toro, por los cuernos
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

El nuevo Premio Nacional de Tauromaquia confirma la politización de la fiesta de los toros

El toreo desiste de luchar con uñas y dientes por la recuperación de un derecho robado con alevosía, y se echa en manos de una opción política

Exhibición de toreo de salón de alumnos de la Escuela José Cubero Yiyo durante la presentación del Premio Nacional de Tauromaquia.
Exhibición de toreo de salón de alumnos de la Escuela José Cubero Yiyo durante la presentación del Premio Nacional de Tauromaquia.Fundación Toro de Lidia
Antonio Lorca

“Basta ya de la politización de la tauromaquia; el toreo no es de derechas, no es de izquierdas. El toreo, como la cultura, pertenece al pueblo y a la gente que quiere sentir y disfrutar la tauromaquia como un espectáculo y un arte universal”.

Estas palabras las pronunció ayer el torero ya retirado Julián López El Juli en el acto celebrado en la sede del Gobierno de la Comunidad de Madrid, con motivo de la presentación del nuevo Premio Nacional de Tauromaquia. Sin pretenderlo, El Juli nombró la soga en la casa del ahorcado, pues en el patio central de la Real Casa de Correos se estaba firmando en ese preciso instante la politización oficial de la fiesta de los toros.

El Juli repetía lo que todo el toreo lleva diciendo desde años, -que no es de derechas ni de izquierdas-, al tiempo que el Partido Popular se incautaba de la tauromaquia.

Ya se sabe que el origen de este escabroso asunto reside en el actual ministro de Cultura, Ernest Urtasun, quien haciendo gala de su sectario sentido de la democracia, decidió incumplir la ley vigente y suprimir el Premio Nacional de Tauromaquia que se concedía desde 2013 en igualdad de condiciones con otras industrias culturales.

¿Qué pinta el Senado como promotor de un premio taurino?

Ante una agresión tan ilegal como inaceptable, la Fundación Toro de Lidia (FTL), presidida por Victorino Martín, recurrió la eliminación del premio ante la sala de lo contencioso-administrativo de la Audiencia Nacional –de lo que aún no se tienen noticias-, al tiempo que promovió la creación de un galardón sustitutivo con el Senado -con mayoría absoluta del PP- y nueve comunidades autónomas contrarias a la decisión de Urtasun, (Madrid, Andalucía, Valencia, Aragón, Castilla y León, Extremadura, Murcia, Cantabria y Castilla-La Mancha) todas ellas también con gobiernos conservadores a excepción de la última, en manos del socialista García Page.

Y el acuerdo final entre estas tres partes es el que se ha presentado ahora en la Comunidad de Madrid.

Para empezar, el Premio Nacional de Tauromaquia ha pasado del terreno institucional al meramente político. El toreo, representado por la FTL, desiste de luchar con uñas y dientes por la recuperación de un derecho robado con alevosía, y se echa en manos de una opción política que no pretende más que obtener rentabilidad en el río revuelto promovido por el ministro antitaurino.

El Juli, durante su intervención en la Real Casa de Correos.
El Juli, durante su intervención en la Real Casa de Correos.Fundación Toro de Lidia

¿Qué pinta el Senado como promotor de un premio taurino? ¿Acaso no tiene nada mejor que hacer?

¿Son taurinas de verdad las nueve Comunidades Autónomas que han salido en la foto?

Obras son amores y no buenas razones. A todas ellas se les llena la boca de apoyo al patrimonio cultural de la tauromaquia, pero la realidad demuestra que su taurinismo no pasa de ser impostado.

De entrada, no parecen tener muy claro si los toros son cultura o no a la hora de su ubicación en la consejería que se ocupa de este sector. La siguiente lista es harto esclarecedora:

- Comunidad de Madrid: los toros dependen de la Consejería de Medio Ambiente, Agricultura e Interior.

- Junta de Andalucía: Consejería de la Presidencia, Interior, Diálogo Social y Simplificación Administrativa.

- Generalitat Valenciana: Consellería de Justicia e Interior. Consellería de Cultura y Deporte a efectos de fomento y promoción.

- Junta de Castilla y León: Consejería de Presidencia. Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio. Consejería de Cultura, Turismo y Deporte a efectos de fomento y promoción.

- Junta de Extremadura: Consejería de Gestión Forestal y Mundo Rural. Dirección General de Infraestructuras Rural, Patrimonio y Tauromaquia.

- Consejo de Gobierno de la Región de Murcia: Consejería de Presidencia, Portavocía y Acción Exterior. Dirección General de Administración Local.

- Gobierno de Aragón: Consejería de Presidencia, Interior y Cultura. Servicio de Juegos y Espectáculos Públicos. Dirección General de Interior y Emergencia.

- Junta de Comunidades de Castilla la Mancha: Consejería de Hacienda, Administración Pública y Transformación Digital. Servicio de espectáculos públicos y autorizaciones administrativas. Dirección General de Protección Civil.

- Gobierno de Cantabria: Presidencia, Justicia, Seguridad y Simplificación Administrativa.

¿Son taurinas de verdad las nueve Comunidades Autónomas que han salido en la foto?

Y lo mismo sucede en aquellas otras comunidades ‘taurinas’ que no se han adherido al premio, como es el caso de Navarra, donde la tauromaquia está inscrita en el Departamento de Presidencia, Igualdad, Función Pública e Interior; en el País Vasco, en la Consejería de Seguridad, y en La Rioja, en la Consejería de Salud y Políticas Sociales.

(La triste paradoja es que el Gobierno central, el más antitaurino de todos, es el único que mantiene la tauromaquia en el departamento de Cultura).

¿Pero no habíamos quedado que la tauromaquia es patrimonio cultural? ¿Cómo es que los toros, al igual que cualquier otra disciplina de este campo, no están en la consejería que les corresponde legalmente?

Y es más: ¿acaso la tauromaquia recibe en los presupuestos de estos gobiernos partidas en igualdad de condiciones con otras industrias culturales? No.

Y ambas cuestiones son mucho más importantes que apoyar la concesión de un premio taurino para marcar distancias políticas con un ministerio intransigente.

Dicho de otro modo, los taurinos no se quieren enterar de que a los políticos de todo signo, con muy escasas excepciones, no les interesan los toros. Y ahí están las pruebas: mucho te quiero, torito, pero pan poquito...

Es la Fundación Toro de Lidia la única organización capacitada para conceder un premio taurino hasta que se restituya el galardón sustraído. Es el sector al completo -empresarios, ganaderos, toreros y aficionados- el llamado a pelear hasta la saciedad para recuperar la igualdad perdida.

Pero los taurinos, a la vista está, prefieren el acomodo de una opción política, cualquiera que sea, antes que acometer el compromiso que garantice el respeto a la fiesta de los toros.

Es verdad que el extremismo de Urtasun ha abierto los ojos a muchos que ahora vuelven a las plazas como un acto de rebelión; pero también deja al descubierto la pasividad de los taurinos, incapaces de mirar más allá de sus narices.

Victorino Martín tiene motivos para sentirse satisfecho: la tauromaquia ya tiene quien le conceda un premio. Pero, quizá, su bonhomía le impida entender que no es una brillante idea politizar la fiesta de los toros.

Por si había alguna duda, y sin pretenderlo, El Juli lo dejó ayer bien claro delante de todos.

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Sobre la firma

Antonio Lorca
Es colaborador taurino de EL PAÍS desde 1992. Nació en Sevilla y estudió Ciencias de la Información en Madrid. Ha trabajado en 'El Correo de Andalucía' y en la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA). Ha publicado dos libros sobre los diestros Pepe Luis Vargas y Pepe Luis Vázquez.
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