El secretario general de la ONU exige reanudar el envío de ayuda a Bosnia

El secretario general de la ONU, Butros Gali, exigió ayer a la alta comisionada de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), Sadako Ogata, que reanude el envío de ayuda humanitaria a las zonas de Bosnia bajo control serbio. Ogata suspendió las tareas del ACNUR por las trabas puestas por las partes en conflicto. El Consejo de Seguridad decidió ayer prorrogar por seis semanas el mandato de los cascos azules en la antigua Yugoslavia e instar a Gali a que disponga "todas las medidas necesarias para reforzar la seguridad de las tropas, a las que debe dotarse de¡ "armamento defensivo apropiado.Precisamente ayer, en Mostar, dos cascos azules españoles fueron desarmados por cinco miembros de un grupo incontrolado.

Las operaciones de ayuda fueron suspendidas el miércoles por orden de Ogata por considerar que las facciones en lucha (musulmanes, croatas y serbios) están interfiriendo políticamente con la misión de ACNUR e impiden que los convoyes de ayuda lleguen a la población hambrienta.La exigencia de Gali -"se supone que soy yo quien dirige esta operación", declaró el secretario general de la ONU -fue expuesta en Nueva York por el embajador de Marruecos, Ahmed Snusi, presidente en ejercicio del Consejo de Seguridad. "Fui informado de que el secretario general había escrito una carta [a Ogata] pidiéndole que reanude el envío de ayuda con toda urgencia". Medios diplomáticos en la ONU comentaron que Gali estaba disgustado con la decisión de Ogata, que ayer se negó a comentar los rumores sobre su posible dimisión.

En Ginebra, la portavoz de Ogata, Sylvana Foa, insistió ayer en mantener la decisión de suspender los convoyes y aseguró que no permitirán que sus caravanas trabajen a punta de pistola.

El mando de las fuerzas de protección de la ONU en la antigua Yugoslavia (Unprofor) informó ayer en Belgrado que el convoy con 100 toneladas de ayuda retenido desde hace cinco días por los irregulares serbios en Rogatica y con destino a las ciudades de Zepa y Gorazde (Bosnia oriental) iba a reanudar ayer su ruta. El comandante en jefe de Uriprofor, el general francés Philippe Morillon, se trasladó a Rogatica para negociar con las autoridades serbias locales el paso de los camiones. Morillon también criticó la decisión de Ogata.

Si el convoy retenido logra llegar a su objetivo, Foa considera que puede tener un efecto muy positivo sobre el Gobierno bosnio-musulmán, que podría volver a permitir la llegada de ayuda humanitaria a la capital, Sarajevo, cuyos habitantes siguen "una huelga de hambre" en solidaridad con los musulmanes cercados por los serbios. Las autoridades bosnias decidieron el boicoteo en solidaridad con los cerca de 200.000 musulmanes bajo asedio serbio.

Un incidente que sufrieron dos cascos azules españoles en Mostar ilustra la precaria situación de las tropas de la ONU en Bosnia. Dos vehículos ligeros de las tropas españolas llegaron a Mostar en una misión oficial. Un soldado y un oficial que permanecieron a pie de vehículo en una calle del casco antiguo fueron encañonados por cinco uniformados que les arrebataron sus fusiles Cetme. Los agresores huyeron en un coche, informa Miguel Ángel Villena desde Medjugorje, en Bosnia. Las autoridades croatas y musulmanas de la zona manifestaron ayer que los asaltantes no pertenecían a sus fuerzas, sino que se trataba de un grupo de incontrolados.