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La crisis económica se ceba en el empleoLA CRISIS ECONÓMICA SE CEBA EN EL EMPLEO

El número de parados supera los tres millones y alcanza la cifra más alta de la historia de España

Una de cada cinco personas que quieren trabajar y buscan empleo en España están en el paro, según la última Encuesta de Población Activa (EPA) que elabora el Instituto Nacional de Estadística (INE). Los parados son más de tres millones (3.047.120, a finales del año pasado), de los que casi medio millón perdieron su empleo en 1992, y la mitad de éstos (258.180 ciudadanos) engrosan las filas del desempleo en el último trimestre. El año 1992 se cierra así con una cifra de desempleo récord, y una tasa de paro (número de parados en relación con la población en edad de trabajar) cercana a las más altas de la crisis de los años 80: El 20,1% frente al récord del 22,2% alcanzado en el primer trimestre de 1986.El cuarto trimestre de 1992 ha confirmado las peores previsiones sobre la crisis económica en España. Se ha alcanzado una cifra récord de desempleados: 3.047.120 frente a los 3.036.600 del primer trimestre de 1986, cuando la anterior crisis económica atravesaba su peor momento. Además, tanto el aumento del desempleo como la destrucción de puestos de trabajo se ha acelerado hasta tal punto que más de la mitad de la subida de parados y de eliminación de empleos se ha producido en los últimos tres meses del año.

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En concreto, el aumento del paro en el año 1992 afecta a 480.920 personas, según la EPA, de los que 258.180 quedaron desempleados en el último trimestre. Paralelamente, la destrucción de puestos de trabajo en España ha sido de 412.970 en 1992, y de 266.470 en los últimos tres meses del ejercicio.

Servicios e industria

La gravedad de esta concentración del aumento de parados y destrucción de puestos de trabajo en el ultimo trimestre no queda en la explosión de las cifras, sino que se plasma también en los sectores y los tipos de empleo en los que hasta ahora la crisis, no se había cebado.

En servicios, por ejemplo, se había creado algo de empleo hasta septiembre -poco más de 60.000 puestos de trabajo-, pero en el último trimestre se han destruido más de 149.000 empleos en este sector. También las cifras de paro en los servicios se han disparado en el último trimestre, en el que se produjeron 116.000 parados de los 180.000 totales del ejercicio.

El empleo en la industria también muestra un claro empeoramiento en esos tres meses, pues la mitad de la destrucción de empleo y algo más de la mitad del aumento del paro se ha producido en ese periodo. A cambio, en la construcción, tanto el aumento del desempleo como la destrucción de puestos de trabajo del último trimestre equivale, aproximadamente, a la cuarta parte del conjunto del ejercicio.

Otra muestra del agravamiento de la crisis a final de año es la concentración. de la destrucción de empleo a tiempo completo y en el grupo de edad que -habitualmente- incluye al principal perceptor de renta de la familia. En cifras, la destrucción de empleos a tiempo completo fue en el año de 548.920, de los que 298.470 corresponden al último trimestre. A cambio, el empleo a tiempo parcial aumentó en 143.990 personas en 1992, a pesar de que la legislación actual no incentiva este tipo de contratos.

Además, hasta septiembre la población entre los 25 y los 54 años -es decir, el grueso de los ocupados que mantienen a la familia- se beneficiaron de cierta, aunque pequeña, creación de empleo. En el último trimestre, sin embargo, la destrucción de empleo se ha cebado en este grupo de edad hasta tirar por tierra los modestos avances de los meses anteriores.

La combinación de aumento del paro con destrucción de empleo es tan clara en 1992 que la tasa de actividad -es decir, el numero de personas en edad de trabajar que buscan empleo en relación con el total de personas en ese grupo de edad- ha descendido respecto a una tasa ya espectacularmente baja en comparación con la Comunidad Europea. Esa tasa es tradicionalmente en España inferior al 50%, y disminuyó hasta el 48,85% en el último trimestre de 1992. El motivo es que mientras la población en edad, de trabajar aumentó en el año en casi 300.000 personas, sólo 67.960 decidieron buscar activamente un empleo; la mayor parte de ellos, además, sin éxito.

El empleo asalariado ha caído aún más que el total de ocupados pues, aunque en sólo 11.460 personas, algo crece la ocupación de autónomos. En cifras, la destrucción de empleo asalariado asciende a 424.430 personas, de las que 249.070 tenían contrato indefinido. Además, la destrucción de empleo con contrato temporal se concentra en el último trimestre.

Todas las comunidades autónomas, a excepción de Canarias, Ceuta y Melilla, soportaron aumentos del paro. Los más acusados se registraron en Andalucía, Valencia y Galicia. La destrucción de empleo también afectó a todas las autonomías a excepción de Cantabria y, otra vez, Ceuta y Melilla. Cataluña y Andalucía registraron las mayores destrucciones de puestos de trabajo en el último trimestre de 1992 en comparación con el existente en el último trimestre del ejercicio anterior.

Crecimiento negativo

El Ministerio de Economía justifica el aumento del desempleo y la destrucción de puestos de trabajo por "el deterioro de la coyuntura económica". Tras esta explicación subyace un problema ya asumido: La economía española no crea empleo y destruye puestos de trabajo con un crecimiento inferior al 2,5%. En el último trimestre, según todas las previsiones, ese crecimiento económico ha quedado en cifras negativas, por debajo del 0%, y el empleo ha sido el primero en notarlo.

Con todo, el Ministerio de Economía reitera su defensa de moderación salarial como mejor antídoto ante el actual aumento del paro, al asegurar que "la evolución del empleo en 1993, aunque dependerá básicamente de la recuperación de la actividad a lo largo del ejercicio, también estará influida por los aumentos salariales que se acuerden en el presente proceso de negociación colectiva".

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