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Protestas y euforia americanista al restablecer el inglés en Puerto Rico

El gobernador de Puerto Rico, Pedro Roselló, firmó ayer la ley que restablece el inglés como idioma compartido con el español en la isla, cuya entrada en vigor se produjo automáticamente. Lo hizo en Bayamón, municipio próximo a San Juan, en un acto muy a la americana al que asistió la nueva clase gobernante del país y la mayoría legislativa, ambas de orientación anexionista. Fuera del recinto, se produjeron protestas de grupos de manifestantes solidarios con el espafiol como único idioma oficial.

El presidente del Senado, Roberto Rexach, y la presidenta de la Cámara de Representantes, Zaida Hernández, le entregaron a Roselló el texto, quien inmediatamente estampó su firma con el mismo bolígrafo que una escolar le regaló en su campaña electoral para que, si llegaba a gobernador, hiciera de su decisión de restituir el inglés como idioma oficial en la isla su primer acto público como gobernante. "Lo hago sin miedo a la demagogia y sin temor al egoísino", dijo.

El acto, el primero en importancia en el que participa Roselló, fue al aire libre, en un parque tecnológico, rodeado de escolares con banderas de la Unión Americana y de Puerto Rico, y con la banda de la Guardia Nacional interpretando Barras y estrellas. Junto a Roselló estaba la plana mayor del anexionista Partido Nuevo Progresista (PNP), con su fundador, el ex. gobernador Antonio Luis Ferré al frente.

Fuera del recinto un piquete de manifestantes iniciaban. una marcha en círculo en señal de protesta. Llevaban banderas puertorriqueñas y acusaban a Roselló de ultrajar la lengua nacional, pero ambos actos transcurrieron en espacios distintos y sin posibilidad de que se produjeran boicoteos por cualquiera de las partes. "Para el maestro y para el obrero el español es lo primero", gritaban unos.

Acto sencillo

Roselló dijo durante su intervención que había preferido un acto sencillo para la ocasión y criticó la ceremonia que su antecesor Rafael Hernández Colón organizó en 1991 para celebrar lo que ahora se deroga y que le valió tiempo después la concesión del Premio Príncipe de Asturias. "Aquel fue un acto con pompa y realeza, con premios, medallas y placas, y en coloniales palacios dorados, con personas que se autoproclamaban intelectuales", indicó. "En éste hay humildad, el pueblo y unos niños rescatando su futuro", añadió.El nuevo gobernador de Puerto Rico dedicó un apartado de su discurso a resaltar los valores del idioma español, "con el que tenemos la hermosa opción de hablarle a millones de hermanos de la América hispana y con el que nacimos y nos acompaña en la vida".

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