El cuerpo de ejército franco-alemán se vinculará a la estructura militar de la Alianza Atlántica
El canciller Helmut Kohl propuso ayer estrechar aún más la colaboración franco-alemana, y sugirió iniciativas como la de celebrar sesiones conjuntas de la Asamblea Nacional francesa y el Bundestag, el Parlamento alemán. Kohl y el jefe del Estado francés, François Mitterrand, celebraron en Bonn el 30º aniversario del Tratado del Elíseo, que reconcilió a los dos países tras un siglo de guerras y que ha sido el motor de la construcción, europea. A la vez, en Bruselas, la Afianza Atlántica firmó un acuerdo que establece una clara relación del nuevo cuerpo de ejército franco-alemán con la estructura militar de la OTAN.
Kohl, en su discurso en la explanada del nuevo Museo de Arte Contemporáneo de Bonn, definió la relación entre los dos países como "una comunidad de destino". El canciller basó su discurso en la responsabilidad especial que ambos países tienen respecto al proyecto europeo: "Cuanto más fuerte sea la unidad franco alemana, mas fuerte será la unidad europea"."Hemos dado un paso adelante decisivo en el campo de la seguridad y la defensa", añadió Kohl. "Por primera vez existe un cuerpo de ejército común", dijo refiriéndose al llamado Eurocuerpo, compuesto por 35.000 hombres.
Casi simultáneamente, en Bruselas, se firmaba un acuerdo que establece las relaciones del eurocuerpo con la Alianza Atlántica, poniendo fin a la querella entre europeistas y atlantistas, y que establece una clara relación del mismo con la estructura militar de la OTAN. "Este acuerdo es un hito en la construcción del nuevo orden de seguridad euroatlántico", dijo en Bruselas el secretario general de la Alianza, el alemán Manfred Wörner.
El acuerdo especifica que el eurocuerpo, al igual que estará disponible para la defensa de la OTAN o para realizar misiones de pacificación, podrá ponerse también a disposición de la Unión Europea Occidental (UEO), el embrión del futuro sistema de defensa de la Comunidad. La iniciativa de este cuerpo de ejército despertó sospechasen Washington y en los sectores más atlantistas de la OTAN, por cuanto abría un resquicio a una defensa europea independiente de la Alianza. Paradójicamente, ha acabado siendo el trampolín de un mayor acercamiento de París a la OTAN, cuya estructura militar abandonó en 1966.
Poderes decisivos
En el tema comunitario, el canciller pidió que el Tratado de Maastricht sea finalmente ratificado este año por el Reino Unido y Dinamarca y repitió su ya clásica frase de que "la flotilla europea no puede marchar a la velocidad del navío más lento". Insistió en la absoluta necesidad de una política exterior y de seguridad y defensa europea, añadiendo que la CE "debe tomar la responsabilidad de toda Europa, incluyendo los países que no son miembros" en clara referencia a los países de la Europa del Este, y pidió "poderes decisivos" para el Parlamento de Estrasburgo.
Kohl quiso advertir de nuevo sobre los riesgos del resurgimiento de los nacionalismos agresivos en Europa. "El fantasma del nacionalismo no se encuentra sólo en los Balcanes", dijo para añadir: "Europa Occidental no está protegida para siempre de los espíritus diabólicos del pasado, del pensamiento nacionalista, de recaer en la intolerancia y el chovinismo".
Mitterrand, por su parte, indicó que asumía todo lo dicho por Kohl, insistió en sacar adelante el Tratado de Maastricht y llegó incluso a agradecer el apoyo del Bundesbank al franco francés, que en los últimos tiempos le ha permitido mantener su paridad.
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