El Senado brasileño condena a Collor por corrupción pese a su renuncia a la presidencia
En una sesión histórica que duró 16 horas y media, el Senado brasileño suspendió hasta el año 2001 los derechos políticos del dimitido mandatario Fernando Collor de Mello. Pese a la renuncia presentada el martes, la Cámara Alta decidió por abrumadora mayoría proseguir el juicio político, y en la madrugada de ayer declaró a Collor culpable de "violar el honor, la dignidad y el decoro del cargo". Varios juristas consideran probable que el Tribunal Supremo anule la condena, al ser decidida ésta cuando ya había dimitido. Collor se declaró ayer víctima de un golpe y anunció su intención de apelar.
El ex presidente tendrá que hacer frente ahora a un nuevo juicio. En los próximos días, el Tribunal Supremo examinará la denuncia criminal presentada en noviembre por el fiscal general de la república, Arístides Junqueira Alvarenga, por los delitos de "asociación ¡lícita" y "cohecho". El tribunal no había estudiado hasta ahora la petición, porque Collor estaba protegido por su fuero especial como presidente.El fiscal explicó que no tiene motivos para pedir el encarcelamiento preventivo del ex presidente: "Lo pediría si el acusado comenzara a vender sus bienes o buscara asilarse en otro país", explicó Junqueira. El senador Pedro Simón advirtió de la posibilidad de que Collor abandone Brasil. "La sociedad ya vio que PC [Paulo César Farías, colaborador del ex presidente, acusado de dirigir la red de corrupción] está en España; en cualquier momento Collor viaja a París para pasar allá el fin de año".
A pesar de los terminantes desmentidos de los asesores de Collor, ayer continuaban circulando insistentes rumores de que se disponía a abandonar el país con destino a la capital francesa, donde viven sus dos hijos. En el aeropuerto de Brasilia, el avión de su amigo Luis Estevao de Oliveira continuaba preparado para despegar en cualquier momento. "Este avión tiene autonomía de vuelo hasta París", aseguró el piloto.
Ayer al mediodía, Collor convocó a la prensa para responsabilizar de su "derrocamiento a los nuevos golpistas de la izquierda", en alianza "con los viejos disconformes de la derecha". El ex presidente acusó al Senado de haberse constituido en "tribunal de excepción que ataca a la conciencia universal". A pesar de la dureza de su discurso, no se refirió en ningún momento a las acusaciones de que es el cabecilla de una red de corrupción y extorsión.
"Collor es un idiota; se perdió la oportunidad de transformar el país. Me siento aliviado por haber denunciado la red de corrupción ante la comisión [investigadora-parlamentaria]", comentó el empresario Takeshi Imal, quien fue extorsionado supuestamente por Farías. Por su parte, el chófer de la secretaria particular del ex presidente, Eriberto Franga, quien dio un vuelco a la situación al presentar un testimonio explosivo en el Parlamento, vivió ayer su día de gloria. Tras ser saludado efusivamente por senadores y diputados, e incluso por el nuevo presidente, Itamar Franco, comentó: "El país se ha lavado el alma".
Collor subrayó que su carrera política está muy lejos de haber terminado. Tanto amigos como adversarios del ex presidente consideran probable que si el Tribunal Supremo le devuelve los derechos políticos se presente en 1994 como candidato a diputado, al Senado. o a la gobernación provincial del Estado de Alagoas. Sin embargo, para la abrumadora mayoría de los brasileños, Collor ya pertenece al pasado, y sus ojos se vuelven hacia Itamar Franco. El nuevo presidente hizo una declaración de bienes antes de jurar el cargo, y ayer anunció por televisión su plan de Gobierno.'Talsa modernización"
Franco criticó la 'Talsa modernización" llevada a cabo por su predecesor, y señaló que "bajo el lema de la modernidad el país se empobreció un 10% durante los últimos 30 meses". Condenó el "capitalismo salvaje, anacrónico y depredador", pero ensalzó alos empresarios que "consideran a la empresa como instrumento del progreso social y no como mera fuente de beneficios".
Preocupado por tranquilizar a los inversionistas, aseguró que su Gobierno cumplirá los acuerdos con los acreedores externos, y garantizó que mantendrá la estabilidad de las reglas económicas.
El nuevo jefe de Estado aseguró también que el plan de pri-vatización, inaugurado el año pasado por Collor, ha de continuar, excepto en aquellas empresas cuyo control estatal no sea exigido por razones estratégicas. Anunció también que a corto plazo se propone adoptar diversas medidas para reducir la deuda pública interna, reducir los tipos de interés y promover un ajuste fiscal que permita reducir el crónico déficit de las cuentas públicas brasileñas.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.