Los restos de san Juan de la Cruz regresan hoy a su sepulcro de Segovia
Los restos de san Juan de la Cruz serán devueltos hoy a su sepulcro, en el convento de los padres carmelitas descalzos de Segovia, después de haber sido sometidos a un proceso de consolidación, que se inició (el pasado abril, en el que han participado, entre otros, Nazareno Gabrielli, químico y director del laboratorio de los Museos Vaticanos.
Durante la labor de reconocimiento de la parte del cuerpo de san Juan de la Cruz que se conserva en el convento segoviano, como el tronco y el cráneo, se han obtenido datos que revelan que el místico falleció de una septicemia como consecuencia de una erisipela en la pierna izquierda. Asimismo se ha conseguido saber su grupo sanguíneo y las huellas dactilares, a través del análisis de uno de los dedos, que estaba perfectamente conservado en el convento de las madres carmelitas descalzas de Toledo. Estos detalles permitirán autentificar las reliquias del santo.Para el padre Luciano Sancho, prior de los carmelitas de Segovia, uno de los datos más significativos de la investigación, a través del estudio de un fémur, ha sido saber la estatura de san Juan de la Cruz, que medía entre 1,60 y 1,65 metros, lo que rompe la tesis de que era bajo.
El sepulcro donde se encontraban los restos del místico se abrió el pasado 10 de abril, siguiendo la instrucción de la Congregación para las Causas de los Santos, en Roma, en presencia de autoridades de la Iglesia católica y de la orden carmelitana. Sancho afirma que, en aquel momento, el padre general de la orden, Camilo Macisse, mexicano, autor de varios trabajos sobre el santo, dijo que la apertura no era un acto de pura curiosidad ni de un afán de conseguir reliquias, "sino de la expresión de un amor filial de asomamos, a través de sus despojos, a la vida y experiencia de san Juan de la Cruz y descubrir las huellas de sus gozos y sufrimientos".
Triple proceso
En una dependencia del convento segoviano, los expertos han sometido el cuerpo del santo a un triple proceso: tratamiento de desinfección y desinsectación, consolidación de la carne y huesos e hidratación y recomposición, lo que garantizará su incorrupción en los próximos 500 años. Además de Gabrielli, han intervenido María Venturini, dietóloga del hospital de San Juan de Roma; Máximo Benedettuci, arquitecto, y Ezio Fucheri, anatomo-patólogo, de la Universidad de Génova.Se ha obtenido una mascarilla de la cara donde, según Sancho, se aprecian unos rasgos suaves y delicados, con un rostro un poco estrecho, nariz aguileña y barba un poco crecida. Sobre el estado del cuerpo del santo, Venturini dijo a Luciano Sancho que se conserva bastante bien, con el cráneo parcialmente cubierto de tejido. En los maxilares tiene dientes bien conservados y se mantienen enteros y completos los órganos de la fonación, laringe y cuerdas bucales. Le faltan los dos brazos y las dos piernas de la rodilla para abajo, repartidos como reliquias.
Después del tratamiento, Ios restos, introducidos en una caja que se ha construido con madera de enebro, vuelven hoy lunes a su lugar habitual, coincidiendo con la festividad de San Juan de la Cruz y el 401º aniversario de su muerte.
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