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EL FUTURO DE EUROPA

Dinamarca promete otro referendum antes de mayo al lograr exenciones sustanciales sobre Maastricht

ENVIADO ESPECIALLa presidencia británica encontró, por fin, ayer la solución mágica al caso danés gracias a un par de astucias jurídicas que acabaron venciendo las últimas reservas de los jefes de Gobierno de la Comunidad Europea (CE) que participan en la cumbre comunitaria. Tras obtener las exenciones que exigió (unión. monetaria, ciudadanía europea, defensa común y cooperación judicial y policial), Poul Schlüter, el primer ministro danés, prometió convocar, no después de mayo, un segundo referéndum para poder ratiricar, por fin, una versión amputada del Tratado de Maastricht válida para Dinamarca. Su ministro de Asuntos Exteriores, Uffe Ellemann-Jensen, cree que, con las exenciones obtenidas tras largos meses de- debate, el Tratado será aprobado por el 60% de los daneses.

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La posible ratificación danesa a finales de la primavera no despeja, sin embargo, la incógnita sobre la fecha de entrada en vigor de Maastricht. A pesar de las presiones de sus socios, especialmente de España y Bélgica, el primer ministro británico, John Major, se seguía resistiendo ayer a precisar cuándo se pronunciará la Cámara de los Comunes, que deberá luego ceder la discusión a los lores.Norman Lamont, ministro británico de Hacienda, aconsejó incluso a las demás delegaciones que no presionen "porque eso no va a ayudar a sacar el Tratado" en el Parlamento. "Lo que de verdad es importante es lograr su aprobación y no obtenerla rápidamente", añadió. Major sólo se ha comprometido a concluir la ratificación en otoño. Diez Estados miembros habrán, en cambio, concluido sus trámites parlamentarios dentro de dos semanas.

"Hemos conseguido todos los elementos que habíamos pedido", declaró eufórico ante la prensa el ministro danés de Asuntos Exteriores, Uffe Ellemann-Jensen, consciente del éxito que acababa de cosechar tras seis meses y diez días de apuros después de que los ciudadanos de Dinamarca rechazasen Maastricht el 2 de junio por una corta mayoría.

Ellemann-Jensen afirmó que con este buen acuerdo" el Gobierno someterá el mes próximo el tratado al Folketing (Parlamento danés), en el que la oposición es mayoritaria,. y en mayo se celebrará una segunda consulta cuyo resultado se atrevió a vaticinar. "Estoy más confiado; creo que por lo menos el 60% votará ", aseguró.

Agradecimiento

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El jefe de la diplomacia danesa se deshizo en elogios de la labor de la presidencia británica para resolver su problema, una opinión compartida por casi todas las delegaciones, y también dio las gracias efusivamente a los otros socios comunitarios por su comprensión. Reconoció que durante este semestre Copenhague había perdido mucho crédito ante sus socios, pero prometió "no ahorrar esfuerzos para recuperarlo durante la presidencia danesa de la CE" que empieza el 1 de enero.

El compromiso fue posible porque la presidencia puso ayer sobre el tapete documentos que recogen cuatro exenciones para Dinamarca (unión monetaria ' ciudadanía europea, defensa común y cooperación judicial y policial) vinculantes desde un punto de vista jurídico, pero que no requerirán una segunda ratificación de Maastricht por parte de los demás miembros de la CE.

Para lograr ese delicado equilibrio un documento se presenta, por ejemplo, como una decisión de los jefes de Estado y de Gobierno, pero no del Consejo Europeo. Tampoco se subdividen los textos legales en artículos, sino en secciones, lo que atenúa, al parecer, su alcance jurídico.

Schlüter consiguió, además, que las exenciones para su país no tengan una duración explícitamente limitada. Sólo se indica que estará vigente mientras Maastricht lo esté. Se recuerda, también implícitamente, que hay prevista una revisión del Tratado en 1996 en el marco de una conferencia intergubernamental. Varias delegaciones temen que Dinamarca entorpezca esta puesta al día de Maustricht que debería ahondar la Unión Europea.

Los cuatro documentos, "totalmente compatibles con el Tratado ( ... ) y que sólo se aplican a Dinamarca y a ningún otro miembro actual o futuro", reiteran, a veces, algunas obviedades, pero también afectan a la esencia del tratado de Maastricht. Estipulan, por ejemplo, que la ciudadanía europea no sustituye a la danesa y que en ningún caso la ciudadanía de la Unión otorga los mismos derechos que la de Dinamarca.

Dinamarca notifica, además, con cinco años de antelación sobre su entrada en vigor, que no entrará en la última fase de la unión monetaria que conlleva la creación de un banco central y de una moneda única. También consigue que se recuerde que las decisiones en materia de cooperación judicial * policial deben ytomarse por unanimidad.

Copenhague deja claro, por último, que no participa en la elaboración y puesta en práctica de la defensa común europea, aunque se compromete a no obstaculizar su desarrollo. y renuncia a ejercer la presidencia de la CE cada vez que se debata esa cuestión.

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