Una delación a la "linea roja" militar permitió la captura de un líder guerrillero colombiano
Una llamada telefónica a la línea roja albierta para los delatores en la 5ª Brigada del Ejército en Bucaramanga, en el centro de Colombia, permitió la noche del jueves la captura del comandante Francisco Galán, número cuatro en la jerarquía del Ejército de Liberación Nacional (ELN) que fidera el ex sacerdote español Manuel Pérez.El delator cobrará una recompensa de 10 millones de pesos colombianos que equivalen a millón y medio de pesetas, algo así como 11 años de salarío mínimo en este país.
Con tres décadas de lucha armada, Galán, -cuyo nornbre de pila es Mario Pieschacón Negrini-, de 51 años, se convirtió en la figura pública más destacada del ELN, después de la del cura Pérez, como se conoce popularmente al máximo jefe de esa organización guerrillera.
En el historial del comandante detenido divulgado ayer por el Ejército se señala a Galán como responsable de la voladura de oleoductos en Colombia donde se registraron, sólo entre noviembre y la primera semana de diciembre, 40 atentados.
Como responsable de los frentes guerrilleros del Departamento de Santander, cuya capital es Bucaramanga, una región donde confluyen la acción del Ejército, la guerrilla y fuerzas paramilitares al servicio de los terratenientes, Francisco Galán fue el negociador del ELN en los frustrados diálogos de paz con el Gobierno de César Gaviria, durante 1991.
'Ta detención de Galán es el más duro golpe a la guerrilla en los últimos tiempos y revela la falta de apoyo de la población a quienes se empecinan en la acción violenta", afirmó el ex comandante del M-19, Carlos Alonso Lucio.
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