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Un médico milanés anuncia un método que permite a los enfermos de sida engendrar hijos sanos

Augusto Semprini, ginecólogo e inmunólogo de la clínica de obstetricia del hospital San Paolo de Milán, ha provocado una encendida polémica al anunciar, a través de las páginas de la prestigiosa revista científica británica The Lancet, que ha desarrollado un método para limpiar de virus VIH el semen de los enfermos de sida, de modo que éstos puedan procrear hijos sanos con todas las garantías. Otros especialistas italianos en la materia han puesto en duda su descubrimiento, tanto en el plano puramente teórico como en el de la experimentación realizada.

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Más que responder a estas críticas, Semprini insiste en la explicación de su método y del proceso que le ha llevado a desarrollarlo, hasta aplicarlo a 29 parejas para lograr 17 embarazos, de los que 10 han concluido ya con el nacimiento de bebés completamente seronegativos (es decir sin la presencia de anticuerpos que indican la infección).El lavado del esperma, y, por tanto, la proceación segura -únicamente en parejas formadas por una mujer sana y un varón seropositivo- comienza, "dicho en palabras vulgares, con el paso del semen a través de un filtro de densidad especial que retiene las células infectadas gracias a un método biofísico que no emplea ningún medio químico".

A continuación, se procede a una selección de los espermatozoides más puros con una técnica denominada swim up, que escoge a los que naden más alto. Por último, viene la inseminación, mediante técnicas de fecundación artificial, de la mujer sana y fértil, cuando esté ovulando.

Pruebas en vivo

El médico milanés ha explicado también que sus experimentos en este terreno comenzaron hace cinco años, primero en el ámbito estricto del laboratorio, donde se llegó a convencer de que su método de lavado permitía obtener a partir del semen de un enfermo de sida "espermatozoides que no tenían ya ninguna capacidad infectante, según nos demostraban análisis exhaustivos", indica. "Una colaboradora nuestra ha obtenido los mismos resultados en la universidad de Harvard (Estados Unidos)", añade el médico.Sólo lograda esa convicción, hace ahora tres años, pasó Semprini a las pruebas in vivo, con los resultados citados.

El último hijo sano de estos varones seropositivos nació hace 15 días, y otros siete embarazos de parejas tratadas en Milán de este problema prosiguen su curso.

Baccio Baccetti, catedrático de Biología General en la Universidad de Siena y experto en la identificación del virus VIH, ha rechazado la validez del método de Semprini en el plano teórico, porque, afirma, "el virus penetra en el interior del espermatozoide, según hemos demostrado nosotros", lo cual excluiría su eliminación por métodos de lavado. Otros investigadores niegan, sin embargo, que haya todavía evidencias científicas de que el virus infecte a la célula germinal masculina.

También Ferdinando Dianzani, de la cátedra de Virología de la Universidad de Roma y miembro de la comisión nacional italiana sobre el sida utiliza este argumento. Pero además critica en el plano puramente experimental la investigación de Semprini.

Teniendo en cuenta que la estadística demuestra que el sida se transmite del varón al hijo únicamente entre el 15% y el 20% de los casos, las pruebas in vivo realizadas hasta ahora en el hospital San Paolo de Milán son demasiado pocas como para sacar conclusiones determinantes, sostiene Dianzani. Según este especialista, el lavado del semen puede reducir las posibilidades de infección de la madre y del hijo, perono eliminarlas.

Semprini no cede: "Los datos de que disponemos confirman que, tras la aplicación del procedimiento que hemos desarrollado en nuestro laboratorio, el virus desaparece", y rechaza que el hecho de traer al mundo un hijo de un padre condenado a muerte por la enfermedad implique problemas morales.

La vida de un seropositivo, explica, se extiende ya al menos a una docena de años y, en perspectiva de dar a esas personas la posibilidad de tener un hijo, supone un incentivo fundamental, tando en el plano individual como social, para que puedan orientar sus vidas e incluso para que puedan luchar mejor contra la enfermedad.

Además, "se trata de parejas que están totalmente decididas a tener un hijo, y nuestro método supone al menos una garantía de salud para éste", ha dicho también el médico. "Nuestro descubrimiento podría ser muy útil en regiones africanas donde la enfermedad se difunde y la procreación no se controla en absoluto", concluye.

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