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La batalla musical de Mano Negra contra el racismo y la rutina

El grupo francés publica un disco en directo que significa el fin de una etapa

Mano Negra siempre se ha mostrado orgulloso de su mestizaje. En lo musical, utiliza flamenco y rap; rock y raï, salsa y funk. En lo personal, los 15 músicos que forman la banda tienen orígenes españoles, argelinos, turcos y franceses. Partidario de tocar en barrios, Mano Negra acaba de realizar una gira en barco por América, que ha hecho al grupo replantearse su futuro y luchar contra la rutina. Su segunda preocupación es la cuestión racista, ante la que se muestran particularmente sensibles, como afirman Manuel y Antonio Chao, miembros del grupo y descendientes de españoles.

Como siempre que visitan Madrid, los hermanos Antonio y Manuel Chao, hijos del periodista español Ramón Chao, se hospedan en un hotel de la media Gran Vía, su zona favorita. Lejos de lujos y cerca de las calles duras, los Chao se encuentran en su ambiente. Con su grupo Mano Negra, acaban de publicaren todo el mundo su cuarto disco, In the hell of patchinko, grabado en directo en el club Chitta (Kawasaki, Japón) el 2 de noviembre de 1991, poco antes de embarcarse en una aventura delirante.Junto a las compañías francesas Royal de Luxe, Philippe Decouflé y Phlippe Genty, Mano Negra alquiló en marzo de 1992 un barco para realizar una gira de cuatro meses por la América no anglosajona. Venezuela, Colombia, República Dominicana, Brasil, Uruguay, Argentina, México y Ecuador fueron algunos de los países en los que recaló el barco con las 130 personas que intervenían en el espectáculo La maravillosa historia de Francia, con aportación de teatro callejero, marionetas y música.

"Después de esta experiencia, ya nada podrá ser lo mismo", dice Manuel Chao, cantante y cabeza visible de Mano Negra. "Hay ideas nuevas, otra dirección. Si seguimos igual, es señal de que algo grave pasa y no tendría sentido seguir. Llevamos cinco años y cuatro discos y, aunque no es una decisión clara. ni se ha planteado un plan concreto, Mano Negra no caerá en la rutina".

El grupo francés, una especie de comuna multirracial en la que trabajan 15 personas, lleva el mestizaje a su música, en la que cabe de todo. "Hemos montado una caravana para actuar por el extrarradio de las ciudades. Ya lo hicimos en París y nos gustaría entrar en España de esta manera, por lo que queremos ponernos en contacto con asociaciones de barrio. Ya hemos actuado dos veces en salas españolas y no queremos que la tercera sea igual".

En su última gira francesa, Mano Negra no actuó en París, la ciudad que les catapultó a la fama, por voluntad propia. "En París, aquel que quiera vernos tiene que ver también los barrios, que no sólo son sexo, violencia y droga. Hay gente de mil nacionalidades y orígenes que trabajan en cosas positivas. Esa es nuestra lucha de todos los días. Es mucho más gratificante".

Racismo

Esta manera de pensar es la que lleva a los Chao a mostrar su preocupación por la cuestión racista. "Nos parece gravísimo, pero ¿quién hace algo para que cambie? Todos tenemos nuestra responsabilidad y la de los Gobiernos es terrible. En Francia, la situación cada vez se radiculiza más y aparece un nacionalismo primario y peligroso, que se mezcla con el racismo. En los barrios franceses, Sadam Hussein es una estrella y del enfrentamiento entre sus seguidores y los que gritan ¡Heil Hitler! sólo puede salir sangre. No soy optimista. La gente tiene que movilizarse ahora, no dentro de cinco años. La lucha contra el racismo tiene que ser de todos los días".Es la opinión de un grupo formado por sangres diferentes, mimado por el ministerio de Cultura francés que apostó hace dos años por mano Negra como representante de la música gala en importantes eventos musicales internacionales. "El Ministerio sigue haciendo cosas. Buenas o malas pero las hace", dice Manuel Chao.

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