Las comunidades autónomas tienen políticas audiovisuales absolutamente dispares
Los profesionales del cine piden un centro autónomo que aglutine a autonomías y ministerio
A excepción de Cataluña y País Vasco, que mantienen políticas audiovisuales antagónicas, el resto de las autonomías se mueve en medio de un caos absoluto. Muchas no tienen en sus presupuestos partida para apoyar la producción audiovisual y, en cambio, bastantes sí dedican fondos a filmotecas o escuelas de cine. Los profesionales del cine español que han participado en las Jornadas sobre laProducción Audiovisual de las Comunidades Autónomas, en Tenerife, han pedido la creación de un Centro Autónomo del Audiovisual (modelo que existe en Francia) que aglutine a las comunidades y al Ministerio de Cultura.
"Es necesario que las políticas de producción, distribución y exhibición de las comunidades autónomas se desarrollen y armonicen con las políticas existentes en las regiones y estados federales del resto de la Comunidad Europea". Esta ha sido la principal conclusión a que ha llegado el comité organizador de las primeras -Jornadas sobre la Producción Audiovisual en las Comundades Autónomas, que ha-organizado en Puerto de la Cruz el Gobierno canario, en colaboración con la Fundación Procine y la Federación de Asociaciones de Productores, entre otros."Estamos consternados por el baile de datos", reflexionaba en voz alta el actor y productor Juan Luis Galiardo tras la extenuante exposición de los representantes de 11 de1as 17 comunidades autónomas que- forman el Estado español.
El Ministerio de Cultura, a pesar de estar convocado, excusó su asistencia. Quienes sí estuvieron fueron viceconsejeros o directores generales del área de Cultura de 11 comunidades autónomas: Cataluña, País Vasco, Madrid, Canarias, Galicia, Andalucía, Valencia, Rioja, Navarra, Castilla-La Mancha y Castilla y León. El dato que puso sobre la mesa como punto de partida el comité organizador fue que mientras los Presupuestos Generales del Estado sólo contemplan un 0,4% para el área de Cultura -en el que se incluye la producción audiovisual- el porcentaje que dedican globalmente las. comunidades autónomas es cercano al 3%, según datos de 1989.
El porcentaje pareció estimulante para todos los presentes, tanto profesionales como gestores regionales. Pero, tras el informe puntual que fue haciendo cada comunidad autónoma resultó que, en lo que afecta a la producción audiovisual sólo cinco autonomías contemplan el audiovisual en sus presupuestos, mientras que las seis restantes ni siquiera dedican una sola peseta a invertir, promover o apoyar película, serie o documental alguno. La meta de las jornadas era diseñar un mapa audiovisual autonómico de España y, a lo que se vio, éste aparece lleno de agujeros e incluso de políticas dispares entre sí.
La Rioja, Castilla y León, Castilla-La Mancha y Canarias ni siquiera han tenido partida presupuestaria para fomentar la producción audiovisual. La Junta de Canarias, tras resaltar que en una década el cine canario ha producido una sola película, Guarapo, se ha comprometido a que el próximo año existirá esta partida.Madrid no produce
Navarra ha destinado cinco millones de pesetas como ayudas directas a la promoción de cortos y largometrajes durante 1992. La Comunidad Valenciana dedica 100 millones anuales a ayudas a la producción. Galicia destina alrededor de 150 millones de pesetas en producciones audiovisuales y, en el polo opuesto, Madrid no tiene presupuesto para invertir en películas, pero en cambio sí que destina anualmente unos 700 millones de pesetas para la creación de infraestructuras, entre ellas una mastodóntica Ciudad del Cine que, según los profesionales, "no se sabe muy bien para qué nos va a servir, si no se producen películas".
Pero la disparidad autónomica audiovisual española aumenta al llegar a los casos de Andalucía, País Vasco y Cataluña. Andalucía, que como la mayoría de las autonomías tiene partidas presupuestarias para apoyar filmoteca regional, festivales y escuelas de cine, destina 240 millones de pesetas al área audiovisual, de los que sólo 130 millones van a ayudas directas a la producción: 30 de ellos para apoyar el cortometraje y 100 millones para un único largometraje al año. "Es escandaloso", afirmaron el presidente de la Academia del Cine, Antonio GiménezRico, y, entre otros, el productor Gerardo Herrero. "¿Qué meritos debe tener el afortunado para recibir los 100 millones?", preguntó Galiardo. El representante de la junta andaluza prefirió no contestar.
Consciente de que esta reunión ha sido sólo un primer paso, el comité organizador de las jornadas no quiso dejar en el tintero dos propuestas que finalmente salieron como conclusiones: "Las televisiones autonómicas tienen que establecer una política definida de colaboración con el sector audiovisual" y, sobre todo, que "la defensa y apoyo de la cultura de idioma e cada autonomía debe garantizarse evitando los localismos y promoviendo la compatibilidad entre los sistemas de ayuda existentes a nivel estatal y europeo".
El horizonte del mercado único europeo de 1993 gravitó sobre todos los presentes, porque la producción audiovisual en la CE sirve de suministro a 120 cadenas de televisión, que difunden al año 150.000 horas de ficción.
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