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Francia advierte que un acuerdo con EE UU alterará la política agrícola común

Lluís Bassets

Los ministros de Agricultura de los Doce dieron ayer su apoyo al negociador de la Comunidad Europea, el comisario Ray MacSharry, que mañana se sentará de nuevo con los negociadores norteamericanos para cerrar un acuerdo sobre el comercio agrícola. "No hubo ninguna voz divergente" aseguró el ministro británico, John Gummer, que ocupa la presidencia semestral del Consejo. Sin embargo, el ministro francés, Jean-Pierre Soisson, presentó un documento que pretende demostrar la incompatibilidad entre las grandes líneas del acuerdo y la nueva política agrícola común, aprobada por los Doce el pasado mes de junio.

La Comunidad Europea y Estados Unidos se hallan de nuevo muy cerca de un acuerdo en sus negociaciones bilaterales sobre comercio agrícola, destinadas a desbloquear la Ronda Uruguay del GATT (Acuerdo General sobre Tarifas y Comercio). Mañana empiezan en Washington una nueva tanda de reuniones.En vísperas de este encuentro, los ministros de Agricultura de los Doce se reunieron ayer en Bruselas para intentar fijar la posición europea y evitar la guerra comercial anunciada por Washington para el 5 de diciembre, día en que empezarían a aplicarse sanciones arancelarias por valor de 300 millones de dólares. El obstáculo más importante sigue siendo Francia, que no desea convertir a los agricultores franceses en las víctimas del acuerdo comercial.

Un informe del Gobierno francés asegura que el acuerdo agrícola en el GATT supera los recortes a la producción previstos en la nueva Política Agrícola Común aprobada el pasado mes de junio con la vista puesta, precisamente, en la finalización de la Ronda Uruguay. París intenta probar con este informe que el recorte agrario exigido por Estados Unidos no afecta únicamente a los agricultores franceses, sino que producirá importantes perjuicios a toda la agricultura de la CE. Asegura, además, que deberá llevar a una nueva reforma de la PAC, a realizar antes de que entre en vigencia la aprobada en mayo. Según este documento, la PAC reformada debería basarse en la disminución de precios y primas a los agricultores y no en el aumento de la superficie retirada de explotación.

Francia reprocha a la Comisión Europea la ausencia de una estimación objetiva sobre los efectos del acuerdo que está. a punto de cerrarse sobre la nueva PAC, y de ahí la evaluación realizada por el propio Gobierno francés. El ministro de Agricultura aseguré que sería "inaceptable" que la Comisión diera a conocer sus propias evaluaciones una vez se hubiera producido el acuerdo con Estados Unidos. Consideró aceptable en cambio que se conozca durante las negociaciones, y magnífico si se conoce previamente, lo cual no es el caso por el momento. La Comisión cuenta con el mandato de los Doce y no está obligada consultar permanentemente los países de la CE. Su única obligación es llegar a un acuerdo que pueda ser aprobado por el Consejo de Ministros.

Distintas fuentes comunitarias consideran que Francia se verá obligada a aceptar un acuerdo rápido si no desea su aislamiento en el seno de la CE. Si los comisarios europeos llegan a un acuerdo en Washington, someterán los términos del pacto a la Comisión Europea y, posteriormente, ya en la fase decisiva, al Consejo de Ministros de la CE. Éstos decidirán por mayoría cualificada, lo que significa que Francia necesitaría importantes alianzas para evitar una derrota.

Francia tiene el recurso de acogerse al llamado Compromiso de Luxemburgo, adoptado en enero de 1966, para resolver precisamente la política de silla vacía por la que el general De Gaulle se ausentó de la CE en disconformidad con las vot aciones por mayoría cualificada en la fijación de precios agrarios. Este compromiso, que suscita interpretaciones polémicas y enfrentadas, supone que un país puede exigir el voto por unanimidad cuando considera que están en juego "intereses esenciales".

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Sobre la firma

Lluís Bassets
Escribe en EL PAÍS columnas y análisis sobre política, especialmente internacional. Ha escrito, entre otros, ‘El año de la Revolución' (Taurus), sobre las revueltas árabes, ‘La gran vergüenza. Ascenso y caída del mito de Jordi Pujol’ (Península) y un dietario pandémico y confinado con el título de ‘Les ciutats interiors’ (Galaxia Gutemberg).

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