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El director del Cervantes pide ayuda al Parlamento contra el recorte de 500 millones

Sólo cuatro diputados asistieron ayer a la comparecencia de Sánchez Albornoz en el Congreso

"Llamo a las puertas del Parlamento para ver si estas cantidades pueden ser incrementadas", exclamó el director del Instituto Cervantes, Nicolás Sánchez Albornoz, ayer en la Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso de los Diputados. Se refería a la reducción económica que, según está previsto en los Presupuestos Generales del Estado de 1993, sufrirá este organismo destinado a difundir el español en el extranjero. Ante un auditorio semivacío (únicamente cuatro diputados le escucharon), Sánchez Albornoz dijo sobre la importancia del recorte cercano a los 500 millones de pesetas en el presupuesto de 1993: "Efectivamente, las actividades del Instituto Cervantes quedarán afectadas".

La comparecencia del director del Instituto Cervantes en la Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso de los Diputados se celebró a petición del diputado del Grupo Popular Javier Rupérez, quien planteó a Sánchez Albornoz varias de las cuestiones más candentes acerca del año de funcionamiento que lleva el instituto y, sobre todo, de cómo va a afectar al desarrollo de este centro el recorte presupuestario anunciado. El escenario elegido, la citada comisión de Exteriores, estaba justificado porque el Cervantes depende de tres ministerios: Cultura, Educación y Asuntos Exteriores. La base logística del Cervantes está formada por la herencia de 35 centros en el extranjero, transferidos fundamentalmente por Exteriores, Trabajo y Educación.

El protagonista de la interpelación, Nicolás Sánchez Albornoz, llegaba dispuesto a pedir, según declaró, "el apoyo del Parlamento, ya que todos los grupos apoyaron la creación del Cervantes, para corregir las deficiencias en la dotación presupuestaria". Y el director del Cervantes así lo hizo, excepto que el único auditorio parlamentario que le escuchó estaba compuesto por cuatro diputados, Rupérez incluido, lo que pone en duda la pretendida importancia que todos los grupos parlamentarios insisten en conceder al Instituto Cervantes como centro para la difusión de la lengua española en el extranjero. "No hay que intrepretarlo así. Es la hora de la comida", manifestó Sánchez Albornoz.

Crecimiento cero

Sánchez Albornoz expuso los siguientes datos: el presupuesto con que contó en 1992 la institución ascendió a 4.219 millones de pesetas. El presupuesto previsto para 1993 es de. 3.770 millones de pesetas. "Esto va a equivaler a un crecimiento cero del Cervantes", explicó Sánchez Albornoz. "Me parece obvio que la cantidad prevista es insuficiente y va al afectar a apartados tan importantes como la plantilla del Cervantes y el desarrollo de los centros en el extranjero", dijo.El director del Instituto Cervantes explicó que una de las tareas que ha hecho el instituto en su primer año de vida ha sido estudiar "el coste global de los centros recibidos y el coste que supone la expansión de los 35 centros que hay en la actualidad hasta los 70 que reclama la ley que creó el Instituto".

La cantidad que se necesita, según Sánchez Albornoz, es de 13.600 millones de pesetas "para homologar las instalaciones de los centros existentes" y otros 27.574 millones de pesetas más "para el plan de expansión de los centros". Así, Sánchez Albornoz preparó lo que llama un plan quinquenal, que entregó al Gobierno, y en el que pedía cerca de 15.000 millones para 1993. "Si el Gobierno y el Parlamento estiman que no tienen posibilidades de aplicar este plan quinquenal en su primer año, pues no se podrá iniciar".

El director del Cervantes recordó que este organismo funciona "realmente" sólo desde enero de 1992. En cuanto al anuncio que él mismo había hecho sobre la creación de 10 centros en el extranjero en 1992, dijo: "Sólo lo hemos cumplido parcialmente: hemos adquirido un centro en Tolousse, otro en Gran Bretaña y otro en Bruselas. Pero falta presupuesto para acondicionarlos". Respecto a la generación de recursos propios, explicó: "Una vía es el patrocinio, pero es una vía lenta. La otra vía son las tasas de los alumnos, que están estimadas en unos 200 millones de pesetas y, si mejora la infraestructura, pueden ser más ingresos. Pero si no mejora, no".

Nicolás Sánchez Albornoz no quiso calificar el recorte de herida al Instituto Cervantes. "Es un problema de ritmo. Si impera la moderación en el gasto, tendremos que aplazar la expansión del Cervantes", declaró antes de la comparecencia. A la pregunta de si el recorte previsto puede significar un desinterés del Gobierno en el Instituto Cervantes, Sánchez Albornoz dijo: "Yo no he notado ningún desinterés por parte de los ministerios que participaron en la creación del Instituto. Creo que la culpa de todo la tiene la coyuntura internacional y cómo ha afectado a la situación económica de España. Esto era impensable hace un año".

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