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Vance y Owen piden la reanudación "inmediata"de los vuelos a Sarajevo con ayuda humanitaria

Cyrus Vance y lord Owen, copresidentes de la conferencia de paz sobre la antigua Yugoslavia, instaron ayer a la reanudación inmediata de los vuelos humanitarios a Sarajevo, suspendidos desde el 3 de septiembre pasado, tras el derribo de un avión italiano. "No podemos perder ni un solo día", dijo Vance a su llegada a Ginebra procedente de Zagreb. "Cada día de interrupción representa 200 toneladas de ayuda alimentaría menos para la población de Bosnia, y el invierno está cada vez más cerca".

Lord Owen estimó, asimismo, que es "una necesidad imperiosa" la proteccón militar de los convoyes que transportan refugiados hacia las zonas de seguridad. Los dos mediadores visitaron el viernes la región de Banja Luka, en el norte de Bosnia, controlada por los serbios, y coincidieron en juzgar "inaceptable" la destrucción causada por bombardeos aéreos y los ataques a convoyes de refugiados.Paralelamente, altos funcionarios de la Administración norteamericana han asegurado poseer informaciones fidedignas sobre la matanza, entre mayo y junio pasados, de unos 3.000 musulmanes recluidos en campos de detención serbios cerca de la localiodad bosnia de Brcko, según una información publicada ayer por The New York Times. Las fuerzas serbias mataron, en grupos de 50, a hombres, mujeres y niños musulmanes tras haber ocupado Brcko, escribe el diario neoyorquino.

En el frente de Sarajevo, los cañonazos se abatían anoche contra las defensas de Stup y las inmediaciones de Ilidza. En Bosnia-Herzegovina ya se ha perdido la fe en los acuerdos, las gestiones internacionales de mediación y, sobre todo, en el papel de las Naciones Unidas.

Quizás la medida más exacta de este escepticismo la dio ayer en una entrevista el presidente bosnio interino, Ejup Ganic, un ingeniero de 40 años. El presidente, el musulmán Alia Izetbegovic, se encuentra en Pakistán, en visita oficial de dos días.

" ¿Cuántos muertos más quiere la comunidad internacional para comenzar a ayudarnos?", se preguntaba. "No nos quieren proteger y tampoco quieren reconocer nuestro derecho para que nos defendamos", dijo, refiriéndose al embargo de armas.

Ganic reflejaba fielmente esa sensación de decepción y desamparo que en cinco meses de asedio se ha apoderado de la población de Sarajevo. Y es una sensación que se está traduciendo rápidamente en desdén y resentimiento hacia las Fuerzas de Protección de lasNaciones Unidas (Unprofor).

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Atrincheradas en el antiguo edificio de la central de telecomunicaciones, los cascos azules y los empleados de las diversas organizaciones de la ONU son un vivo ejemplo de la impotencia -algunos dirían pasiva complicidad- internacional frente al drama de los Balcanes. En un número cada vez mayor, los bosnios se preguntan de qué sirve la presencia de Uriprofor, las gestiones emprendidas por Cyrus Vance y Lord Owen o las conversaciones de Ginebra.

Por otra parte, Lord Carrington, ex presidente de la conferencia de paz, ha declarado a la revista francesa Le Point que el reconocimiento de la independencia de Bosnia-Herzegovina fue un trágico error. "Advertí a los líderes de la CE que aquella decisión, inaceptable para los serbios de Bosnia, desencadenaría una guerra civil", señala Carrington.

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