Los Presupuestos prevén 500.000 parados más en 1993 que el plan de convergencia
Los Presupuestos del Estado para 1993 prevén un aumento del paro a lo largo del próximo año hasta alcanzar la cifra de 2.930.000 personas, según el último borrador elaborado por el Gobierno. Ello supone unos 500.000 parados más que las previsiones contenidas en el Programa de Convergencia, elaborado por el Gobierno el pasado mes de marzo.Este crecimiento espectacular de las previsiones sobre el desempleo es el reflejo más elocuente de la intensidad de la recesión que amenaza sobre la economía española y constituye el tema que está provocando mayor inquietud y discusión en los últimos consejos de ministros que han estado estudiando la cuentas públicas del próximo ejercicio. El anteproyecto definitivo de Presupuestos Generales del Estado de 1993 se aprobará en el consejo de ministros del próximo viernes, ya que debe presentarse en el Congreso antes del 1 de octubre.
El disparo del desempleo, que según las proyecciones presupuestarias se situará en una tasa del 19,3%, es consecuencia directa del mínimo crecimiento que registrará la economía española y que se cifra en un 0,7%, frente a una previsión del 3,3%. El último dato sobre desempleo según la Encuesta de Población Activa, corresponde al segundo trimestre de este año, que elevó el número de parados a 2.686.000, personas, lo que supone el 17,7% de la población activa.
Caída de la inversión
A consecuencia de este empeoramiento acelerado del panorama económico, se destruirán 190.000 empleos en lugar de crear los 200.000 que se había previsto en el Programa de Convergencia para el próximo año. Programa, que había fijado, como uno de sus objetivos básicos la creación de un millón de empleos entre 1992 y 1996. El deterioro del ritmo económico se observa también en la caída que sufrirá la inversión (- 1,2%), frente a un crecimiento previsto del 5,1%. La construcción sufrirá una fuerte disminución de la actividad del 1,8%, lo que revela también un radical cambio en las perspectivas de este sector del que sólo hace un mes se preveía un incremento del 4%.El ajuste de la actividad económica queda bien patente también en el ritmo del comercio exterior. Las exportaciones sólo crecerán un 4,7%, (7,9% previsto) y las importancias, un 3,7% (7,1% previsto). Por el contrario, la previsiones de inflación se modifican al alza, con una estimación del 5,2%, frente al 4,6%. Las previsiones de inflación y crecimiento pueden sufrir todavía modificaciones sustanciales, ya que aún no incluyen el impacto de la devaluación de la peseta del 5%. Como la depreciación real de la divisa española ha sido próxima al 10%, la repercusión sobre la inflación será de más 1,5 puntos, según las distintas fuentes consultadas. Con ello la previsión real de inflación para el próximo ano podría superar. la de 1992, que según las últimas estimaciones oficiales se situará entorno el 6,5% . El presupuesto también reconoce la impotencia de moderar el déficit por cuenta corriente que registrará un nuevo crecimiento hasta aproximarse a los dos billones de pesetas, lo que supone el 3,1 % del Producto Interior Bruto (PIB). Por el contrario, el déficit público del Estado se mantendrá dentro de las previsiones iniciales, en torno al 2,6% del PIB, por expreso deseo del ministro de Economía, Carlos Solchaga.
El mantenimiento de los objetivos del déficit público implicará una fuerte contención del gasto público ya que las previsiones de ingresos sufrirán una fuerte contención como consecuencia de la disminución de la actividad económica. Fuentes de Economía señalan que la caída en picado de la actividad económica tiene un impacto inmediato y mucho más intenso en la recaudación tributaria. El recorte de los beneficios empresariales supone una reducción proporcionalmente mucho más acusada en la recaudación del Impuesto de Sociedades. Por otra parte, la destrucción de empleo prevista significará también una sangría en los ingresos fiscales por el impuesto sobre la renta de las personas físicas y consecuentemente un aumento del gasto en prestaciones por desempleo.
Más presión tributaria
Con estas perspectivas, las previsiones de recaudación de ingresos ascienden a 13,4 billones de pesetas un 7,1% más de los 12,5 billones previstos para 1992. En el capítulo de ingresos destaca la recaudación por impuestos directos que asciende a 6,52 billones de pesetas, con un crecimiento del 8,2%, y la de los indirectos que ascenderá a 5,27 billones, con un aumento del 6,7%.Este aumento, aunque moderado de los ingresos fiscales, supondrá un nuevo aumento de la presión tributaria debido a la deprimida evolución del PIB, que se cifra en 62,63 billones de pesetas. Es decir, la presión tributaría (relación entre los ingresos por impuestos directos e indirectos y el PIB) alcanzará el 18,8% del PIB, frente al 18,66% de 1992.
Por su parte, en el capítulo de gastos destaca el fuerte crecimiento de la factura de intereses que supone la financiación de la deuda pública cuyo coste alcanza los 2,35 billones pesetas, tras un crecimiento del 21,6%. Con esta nueva subida, el capítulo de la deuda pública se convierte en la partida de gasto que ocupa cada vez mayor peso dentro del gasto. Le siguen los gastos de Sanidad y Consumo que ascenderán a 1,68 billones de pesetas, con un crecimiento del 12,7%.
Por el contrario, los departamentos que sufren una mayor contracción del gasto público son el de Defensa, con un presupuesto de 746.000 millones de pesetas, que sufre un recorte del 5,7%; Industria con una reducción del 6,34%; Administraciones Públicas, con una disminución del 10,2% y Gastos Diversos que se rebajan un 20%.
Obras Públicas y Transportes aumentará el gasto en un 1,5%, alcanzando un volumen de 1,093 billones de pesetas, pero elevará los gastos de inversión un 12%.
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