Hormaechea amenaza con otra escisión a Aznar y menosprecia la dimisión de seis consejeros

Juan Hormaechea, presidente del Gobierno de Cantabria, menospreció ayer la dimisión de seis de sus nueve consejeros, se negó rotundamente a someterse a una moción de confianza en el Parlamento autonómico e insinuó a Aznar que el PP puede encontrarse con graves problemas en las próximas elecciones legislativas en Cantabria si continúa el acoso contra él. Procesado por prevaricación y malversación de fondos, Hormaechea no tuvo inconveniente en proclamar: "Este pulso lo va a ganar la moralidad". El presidente del Gobierno cántabro atribuyó la crisis política en que se halla inmerso a la pretensión de algunos empresarios de la construcción de imponer sus intereses en los negocios con la Diputación regional.

Tras una larga reunión iniciada en la noche del jueves y que se prolongó hasta la madrugada de ayer, seis de los nueve consejeros del Gobierno cántabro presentaron a las ocho y media de la mañana al presidente regional su dimisión del cargo. Dos horas y cuarto después, Hormaechea llegó a la sede del Gobierno regional, subió de dos en. dos las escaleras hasta su despacho y compareció en una conferencia de prensa para dar una peculiar interpretación de la crisis.Hormaechea afirmó que no se siente desautorizado, aunque la renuncia de la mayoría de su Gabinete está inequívocamente dirigida a reprobar su comportamiento como presidente autonómico y a expresar una rotunda desconfianza política hacia él. El presidente autonómico dedicó una larga intervención ante los periodistas a intentar demostrar que una gran parte de la deuda pública de Cantabria se debe al aumento del coste de la construcción de obras públicas y quiso eludir sus propias responsabilidades con el argumento de que "si hubiera sabido cuánto valían de verdad, no habríamos hecho tantas obras".

Fuerza cántabra

Hormaechea hizo recaer en los empresarios, en concreto de la construcción, el impulso de la ofensiva política contra él y concretada en la dimisión de los seis consejeros. Pero no desaprovechó la ocasión para lanzar una sutil advertencia a José María Aznar, presidente nacional del Partido Popular. "El PP no puede plantearse ser hegemónico en todas las regiones. Debería de hacer como en Navarra [donde el PP se ha disuelto en el seno de Unión del Pueblo Navarro]. Hay movimientos que el PP no puede intentar disminuir o hacer desaparecer. Y en Cantabria se ha demostrado que existe una fuerza cántabra, y que eso debe ser considerado por el PP".

Una implícita, pero inequívoca, advertencia de que podría restaurar la Unión para el Progreso de Cantabria (Upca), al frente de cuya candidatura ya obtuvo más diputados que el PP en las últimas autonómicas. Incluso advirtió al PP que una de las claves para que gane las próximas elecciones legislativas consiste en respetar esa fuerza electoral y por tanto su propia figura como presidente de Cantabria.

Con un deliberado esfuerzo por mostrar que la crisis de ayer no le conmueve, anunció que en el próximo Consejo de Gobierno se aprobará un decreto por el que todas las adjudicaciones serán publicadas en el Boletín Oficial de la región, o en el del Estado, para que, salvo excepción, el método habitual de adjudicación sea la subasta y los contratos se realicen sobre las ofertas más baratas.

Hormaechea, que dio muestras de no preocuparle en este momento su procesamiento por prevaricación y malversación de fondos públicos, afirmó que con estas medidas "por fin no va a haber nadie privilegiado y se acabarán los maletines", en presunta alusión al pago de comisiones ¡legales.Asimismo, anunció que el próximo día 25 será adjudicada una auditoría para revisar las deudas a los constructores relacionadas con el incremento del coste final de la obra respecto al precio que figuraba en la oferta de licitación. "Este pulso lo va a ganar la moralidad", proclamó, pero en cambio evadió la pregunta de un periodista de por qué si su causa es tan noble no se somete a una moción de confianza en el Parlamento autonómico.

El presidente del PP de Cantabria, José Luis Vallines, dijo ayer que una moción de censura contra Hormaechea "no está en la mente de nadie; al rnenos", agregó, "en los próximos a mi

Vallines tampoco se mostró partidario de que el jefe del Ejecutivo regional presente una moción de confianza, informa Efe.

Francisco Pernia, uno de los consejeros dimisionarios, señaló ayer en nombre de todos que su decisión obedecía al intento de dotar a la región de un mayor equilibrio político. Pernia agregó que su deseo es que la dimisión sea asumida en el marco de la fusión entre el PP y Upca".

Hormaechea no inició la conferencia de prensa de ayer hasta que fue expulsado de la sala el fotógrafo de EL PAÍS por haberle fotografiado cuando, según el jefe de prensa del Gobierno autonómico, estaba prohibido.