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Francia acusa a las milicias bosnias y pide su castigo por el asesinato de dos 'cascos azules'

La popularidad de la causa bosnia frente a la agresión serbia bajó ayer drásticamente en Francia. París acusó a las milicias bosnias de Sarajevo de haber lanzado el martes por la noche el ataque contra un convoy de las Naciones Unidas que costó la vida a dos cascos azules franceses. El Gobierno francés pidió oficialmente a las autoridades de Bosnia-Herzegovina el "castigo" de los autores de estos "asesinatos" y les exhortó a que asuman sus "responsabilidades" en la seguridad de los soldados "que han ido a ayudar a su país" según informó el portavoz del Ejecutivo.

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Es la primera vez que un país participante en las fuerzas de paz de las Naciones Unidas en los Balcanes acusa directamente a una de las partes implicadas en el conflicto. Más explícito, si cabe, fue el comandante del contingente de cascos azules desplegado en Sarajevo, el general egipcio Alí Abdul Razek: "Elementos irresponsables desobedecieron las órdenes de los comandantes bosnios y. atacaron el convoy a una distancia inferior a los 100 metros". Razek acusó directamente a los musulmanes bosnios del ataque, a pesar de que en las filas bosnias que combaten contra los serbios hay también croatas.Las autoridades francesas aceptaron que el presidente de Bosnia-Herzegovina, Alia Izetbegovic, ejerce un "control limitado" de las fuerzas armadas colocadas teóricamente bajo su autoridad y se inclinaron por la tesis de una "acción desesperada" de. los combatientes que se enfrentan a la agresión serbia a fin de provocar una intervención armada internacional.

Roland Dumas, ministro francés de Asuntos Exteriores, condenó lo que consideró un "acto inadmisible que traduce el desprecio que sienten las fuerzas en conflicto por los soldados de la paz". Dumas pidió al secretario general de la ONU, Butros Gali, la puesta en marcha de las medidas militares de protección de los convoyes humanitarios prevista por la resolución 770 del Consejo de Seguridad del pasado 13 de agosto. Pierre Joxe, ministro de Defensa, fue más lejos al pedir a las autoridades bosnias que "castiguen" a los autores del "asesinato" de los dos cascos azules franceses.

En Londres, el ministro británico de Defensa, Malcolmi Rifkind, consideró "absolutamente indispensable" que los soldados de la fuerza de la ONU en la antigua Yugoslavia "puedan defenderse" ante cualquier ataque.

Los soldados franceses Frederic Vaudet, de 28 años, y Eric Marot, de 21, del Batallón de

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Apoyo Logístico, murieron de un tiro en la cabeza, y otros tres resultaron heridos en la noche del martes cuando escoltaban un convoy con ayuda humanitaria que cayó en un emboscada en las cercanías del aeropuerto de Sarajevo. Los supervivientes indicaron que la zona estaba controlada por las milicias bosnias y subrayaron que los combatientes serbios que previamente habían encontrado en su camino habían respetado el alto el fuego.

Sin pilotos ni conductores

La primera consecuencia de la muerte de los dos cascos azules franceses podría ser un nuevo retraso en el reanudación de los vuelos humanitarios a Sarajevo. El aeropuerto, cerrado la semana pasada tras el derribo de un avión italiano, está de nuevo abierto, según las fuerzas de protección de las Naciones Unidas (Unprofor), que ayer confirmaron que el aparato fue abatido en un área bajo control de las fuerzas croatas. "El aeropuerto está abierto, depende de los Gobierno la decisión de volver a hacer llegar ayuda humanitaria cuando consideren que existen las garantías adecuadas", declaró ayer Edward Joseph, miembro de Unprofor.

Si bien la Alta Comisaría de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) señalaba ayer que el ataque no provocará la suspensión de la llegada de ayuda humanitaria por vía terrestre, un responsable de la ONU en la capital bosnia que pidió no ser identificado informó que desde el miércoles ha quedado prácticamente suspendida por tiempo indeterminado toda ayuda humanitaria. "Los pilotos se niegan a volar y los conductores no quieren viajar a Sarajevo", declaró. A pesar de este anuncio, ayer mismo llegó a la ciudad un convoy desde Split con 10 toneladas de alimentos.

La situación en Sarajevo, sin embargo, es delicada. A pesar de que la luz eléctrica volvió a brillar ayer en algunos barrios de la ciudad después de un mes de suspensión, sigue habiendo graves problemas para el abastecimiento de agua. Las autoridades no dejan de advertir del riesgo de epidemias. Las temperaturas llegan en Sarajevo hasta los 15 grados bajo cero.

Cyrus Vance y lord David Owen, presidentes de la Conferencia Internacional sobre la antigua Yugoslavia, llegaron ayer a la capital croata en una nueva misión de paz, que incluirá Sarajevo y Belgrado. La capital bosnia sigue sometida a fuertes bombardeos. En las últimas 24 horas, 20 personas han muerto y 68 han resultado heridas".

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