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Compañías occidentales aprovechan el caos para convertir a Somalia en un vertedero

La Agencia para el Medio Ambiente de Naciones Unidas ha decidido enviar urgentemente a Somalia a un equipo para que investigue los indicios de que compañías europeas se están aprovechando del caos que reina en el país para convertirlo en un vertedero de residuos tóxicos.

"Se están haciendo preparativos para enviar con urgencia una misión", señaló ayer Mustafá Tolba, jefe del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, en un comunicado con el que salía al paso de informaciones surgidas en los últimos días según la cuales empresas suizas e italianas están implicadas en un plan para deshacerse de residuos peligrosos en Somalia.Estas compañías se han aprovechado de la anarquía en que vive Somalia como consecuencia de los casi dos años de guerra civil para conseguir concesiones sobre residuos. Según la declaración de Tolba, intermediarios italianos y suizos han obtenido autorización por un periodo de 20 años para exportar a Somalia deshechos hospitalarios, tóxicos y especiales. Tal autorización está firmada por Nur Elmy Osman, en calidad de ministro de Sanidad del Gobierno de Alí Mahdi, quien se hizo declarar presidente en un golpe de mano tras el derrocamiento y huida de Mogadiscio del presidente Siad Barre, en enero de 1991.

Un documento suscrito por Nur Elmy en diciembre de 1991 autoriza a la firma suiza Achair Partners a almacenar y quemar deshechos en la zona de Mogadiscio y luego depositarlos en un estercolero con capacidad para 10 millones de toneladas. "Los envíos, cada uno de entre 100.000 y 150.000 toneladas, iban a producir entre 8 y 10 millones de dólares de beneficios cada uno", señala la declaración de Tolba.

Candidato a estercolero

Por el momento, Tolba dice no contar con pruebas de que se hayan producido ya descargas, aunque reconoce la existencia de rumores de que ya ha habido algunas a lo largo de la costa somalí.Un experto en el tráfico internacional de residuos tóxicos -que ve en Achair Partners una tapadera para otras grandes compañías del sector- sostiene que Somalia empezó a convertirse en candidata a estercolero a mediados de la pasada década, cuando el país entró en la senda de la violencia que luego acabó en guerra civil y anarquía.

Ya a finales de la pasada semana, Tolba abordó esta cuestión, pero dijo que no podía dar detalles sobre el caso, "porque esta gente [las compañías internacionales] está haciendo mucho dinero y puede matar a cualquiera que vaya a estropearle el negocio".

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El contrato promete no violar las leyes internacionales sobre incineración y destrucción de materiales tóxicos, pero muchos de los países occidentales que son grandes productores de residuos no han suscrito la Convención de Basilea sobre la materia y los países africanos se han visto con frecuencia convertidos en receptores de productos peligrosos.

"Es muy característico de estas compañías hacer como que van a preparar un gran proyecto y prometer que van a establecer los adecuados sistemas de tratamiento e infraestructuras, pero empiezan a realizar vertidos antes de haber construido nada", dice un experto.

La ONU también ha decidido elevar de 3.500 a 4.219 el número cascos azules que enviará a Somalia para proteger la ayuda humanitaria internacional destinada a los 4,5 millones de somalíes en situación extrema, de los que no menos de 1,5 millones están abocados a una inmediata muerte por inanición y enfermedad.

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