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100.000 kilómetros polémicos

Agricultura prepara una ley para proteger las vías pecuarias, que ocupan un 1% de España

Ovejas churras y merinas. Trashumancia. La Mesta. Vías pecuarias. Cañadas, cordeles y veredas. Muchos pensarán que todo lo que pueda moverse en torno a estos términos ha de ser algo decadente y trasnochado, algo medieval con poco futuro en una España moderna. Sin embargo, unos cuantos datos pueden cambiar esa opinión. Estas vías, que llegaron a tener una longitud de 1,15.000 kilómetros, ocupan ahora 100.000, con una extensión de casi 425.000 hectáreas, algo así como la provincia de Pontevedra. El Ministerio de Agricultura prepara una ley para proteger esta red -ha sufrido invasiones de todo tipo en los últimos años- y darle usos ganaderos, turísticos y ecológicos.

También los legisladores cayeron hace 18 años en la trampa de considerar que la trashumancia se acababa. José Manuel Mangas, jefe del servicio de bienes y patrimonio forestal del ICONA, explica el cambio: "Estamos trabajando en el último borrador. Necesitamos una nueva ley de regulación y protección de las vías pecuarias, porque la ahora vigente, de 1974, y el reglamento de 1978, son entreguistas. Coincidieron con una época de desarrollismo, están hechos pensando en que la ganadería extensiva y transhumante tendía a desaparecer y, por tanto, lo mejor era liquidar la red. Pero la trashumancia sigue vigente".La prueba: Más de 400.000 cabezas de ganado -ovino prácticamente en su totalidad- siguen practicándola y, por tanto, haciendo algún uso de las vías pecuarias. Luis Vicente Elías, presidente del Centro de Investigación y Animación Etnográfica, que está llevando a cabo unos exhaustivos trabajos sobre la trashumancia, aclara que actualmente los trayectos que se realizan a pie son esencialmente los que van desde las estaciones ferroviarias a los pastizales (entre 80 y 120 kilómetros). A pie se cubre buena parte de la cañada del Reino de Valencia y el tramo que siguen 20.000 vacas de raza avileña en la Leonesa Occidental. Hay también un intenso uso en Gredos, los puertos de León, límites de Soria con La Rioja, Valle de Alcudia (Ciudad Real) y Serranía de Cuenca.

Mangas cree que la Administración española tiene una grave rémora histórica: "Ha sido poco beligerante en la defensa de los dominios públicos. Y eso debe acabar. Las vías pecuarias han sufrido ocupaciones ilegales de todo tipo, desde cultivos hasta urbanizaciones".

Escombreras y chalés

Santiago Martín Barajas, de la Coordinadora de Organizaciones de Defensa Ambiental, todavía se acuerda de cuando, hace 20 años, veía pasar ovejas por el mismísimo Paseo de la Castellana, en Madrid, que ha sido hasta hace bien poco cañada real. "Es algo que hay que regular y defender", dice, "por una sencilla razón: es medio millón de hectáreas que pertenece a todos los españoles. Es muy habitual encontrar en las vías escombreras, vertederos o urbanizaciones ilegales. Por ejemplo, la ocupación es clarísima en la localidad madrileña de Rivas-Vaciamadrid. Carreteras, vías ferroviarias y embalses han sido otros tres fuertes castigos. Las principales cañadas tienen entre 500 y 800 kilómetros, pero se calcula que se han perdido entre un 10% y un 30%, según las arterias. Las áreas más afectadas son las situadas en torno a grandes ciudades.

Aparte de volver a facilitar la trashumancia, la rehabilitación de las cañadas pretende relanzar esta extensa red para otros usos: desde los turísticos -senderismo, rutas ecuestres y de bicicleta- hasta proyectos de educación medioambiental. La gestión y administración práctica compete después a las Comunidades Autónomas. Algunas, como Extremadura y Castilla La Mancha, han empezado a cuidar su red.

Mangas concluye: "Ahora que en Europa se da tanta importancia al senderismo y se está promocionando la creación de redes de caminos, nosotros, que los tenemos desde la Edad Media, no vamos a perderlos. Es nuestra última oportunidad para salvarlos".

La oveja y el mar

La amplia malla de vías pecuarias -casi diez veces superior a la ferroviaria- atraviesa toda España de Norte a Sur, mas densas conexiones menores en sentido horizontal. La red básica, las nueve vías pecuarias principales -las famosas cañadas reales, entre las que la Vía de la Plata (500 kilómetros) es la más conocida- cruza las dos Castillas, Madrid, La Rioja y Extremadura, para adentrarse en Aragón y Andalucía. En territorio catalán se formó una estructura similar con el nombre de carreradas. Las vías pecuarias se dividen en cañadas (unos 75 metros de ancho), cordeles (38 metros), veredas (20) y coladas (más, estrechas). A ellas hay que añadir amplios descansaderos para el ganado.Tan complejo sistema fue urdido por el Honrado Concejo de la Mesta de Pastores, que nació con una carta de privilegio del rey Alfonso X El Sabio a Finales del siglo XIII, y que ha gozado de fuerte poder económico, político y social en España hasta el siglo pasado. En el siglo XIV, la fina lana castellana comenzó a cotizarse sobremanera en los puertos europeos. Se decía que su calidad se debía a la trashumancia, a que las ovejas velan dos mares al año: en otoño marchaban a los pastos del sur; tras la esquila, hacia los puertos de las montañas del norte.

La red se consolidó en el siglo XV. Su decadencia comenzó cuando a finales del siglo pasado entraron en la escena de la historia los trenes para ganado.

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